Guadalupe de la Cruz
Luz María Gómez Ordóñez, representante del Movimiento Ecologista del Estado de México, advirtió sobre el deterioro progresivo de parques municipales, estatales y áreas naturales protegidas, e hizo un llamado para que autoridades de los distintos niveles de gobierno actualicen y apliquen los reglamentos que regulan su uso, a fin de frenar actividades que dañan el equilibrio ecológico.
La ambientalista señaló que prácticas como el pastoreo, la tala clandestina y diversas actividades recreativas —entre ellas el ciclismo de montaña— generan un impacto negativo en estos espacios, muchos, de los cuales, cuentan con algún estatus de protección ambiental.
Indicó que esta problemática se presenta en diversas zonas del Estado de México, como el Nevado de Toluca, Valle de Bravo y el parque municipal Hermenegildo Galeana, el cual se encuentra en estado de abandono. A estos se suman áreas naturales ubicadas en El Oro, cerca de la presa Brockman; Villa del Carbón, Chalco, Jocotitlán, Axapusco y Tonatico, entre otros municipios.
Gómez Ordóñez consideró indispensable que las autoridades “desempolven” los reglamentos de parques municipales, estatales e incluso nacionales, y los hagan valer de manera estricta, definiendo con claridad qué actividades están permitidas y cuáles deben restringirse.
Advirtió que algunos ecosistemas enfrentan una sobrecarga de uso que supera su capacidad de recuperación, lo que ha provocado un grave deterioro de la biomasa forestal, cuyos efectos no pueden revertirse en el corto plazo.
Recordó que esta situación ya había sido advertida durante el cambio de estatus jurídico del Nevado de Toluca, donde actualmente existen restricciones incluso para actividades deportivas, debido a la fragilidad ambiental de la zona. No obstante, mencionó que en otros espacios, como el Parque Nacional Miguel Hidalgo y Costilla, en La Marquesa, las prohibiciones no se respetan y se realizan múltiples actividades sin control.
Finalmente, la representante ecologista subrayó la necesidad de regular las actividades deportivas y productivas, así como de fortalecer la coordinación entre autoridades gubernamentales, comunales y ejidales, para preservar el macizo forestal y garantizar la conservación de áreas que, además de su valor ambiental, son fundamentales para la captación y generación de agua.



