POR Marlene SOLANO
Con entusiasmo y alegría de dar un espectáculo, varios malabaristas inundan los cruceros y avenidas más transitadas del Estado de México, en donde a diario y desde muy temprano llegan con la esperanza de obtener una ayuda económica mientras los conductores esperan el cambio de la luz, puesto que, está labor a aumentado aún más a partir de la pandemia del virus del COVID-19 al quedarse sin empleo, arriesgando doblemente su vida.
Desde hace tiempo está se ha vuelto una manera de que además de entretener a los conductores, lo utilizan como una forma de obtener ingresos y proveer alimentos para su familia y cubrir algunas de sus necesidades, pidiendo una moneda a través del cristal de cada automóvil.
Es una labor nada sencilla, pues hay a quienes les gusta presentar un buen espectáculo con pelotas o algún otro instrumento y otros a quien solamente lanzan las pelotas al aire de manera sencilla, siendo este un motivo por el que se les complique aún más el obtener una ayuda económica por falta de un espectáculo que logré llamar la atención de los espectadores.
El mercado de malabarista ha decaído mucho a causa de los migrantes que ya se encuentran dedicados a brindar este entretenimiento en donde algunas veces mandan a sus hijos quienes no tienen la “experiencia” sobre está labor, por lo que se vuelve más complicado que lleguen a darles una moneda.
En el Estado de México el desempleo ha alcanzado hasta los 15.7 millones aproximadamente de desempleados, con más del 7 por ciento de personas que se han quedado sin empleo.
Por lo anterior, el gobernador del Estado de México Alfredo del Mazo Maza, repartió a más de 50 mil desempleado con la ayuda de 3 mil pesos, esto como apoyo a las personas que se han quedado sin empleo.
Así como microcréditos a hasta 4 mil pesos para poder generar pequeños negocios, siendo está otra manera de brindar apoyo a la economía de la población.
