* Migrantes centroamericanos truncan su «Sueño Americano» en la capital del Edomex.
Guillermo Guadarrama
Postrados en algunas esquinas del municipio de Toluca, así como alrededor de todo el país, pasando hambre, frío y siendo como fantasmas para la mayoría de la sociedad que los ignora mientras estiran la mano para pedir un poco de dinero y poder sobrevivir en lo que llegan a Estados Unidos en busca del “Sueño Americano», en un viaje que se convierte en una odisea; esa es la realidad de cientos de migrantes provenientes del sur del continente.
Originarios de Guatemala, El Salvador, Colombia, entre otros países, comentan que diariamente consiguen alrededor de 200 pesos de manos de los «Hermanos Mexicanos que se tientan el corazón ante su situación», monto que por desgracia apenas les alcanza para continuar con la esperanza de llegar a territorio estadounidense.
Aunque también se cuenta con la solidaridad de algunas personas que se acercan a ellos ofreciéndoles comida y ropa, sin embargo, son tantos los viajeros que muchas veces no alcanza para todos, «aunque la intensión se agradece», comentó uno de los migrantes que pidió su anonimato por el miedo a ser descubierto y deportado.
Aseguran que no hacen daño a nadie y que sólo piden una moneda que no afecte en la economía del transeúnte, para que puedan continuar con su camino, no obstante, vecinos de la zona de La Maquinita, en el municipio de Toluca, aseguran que son una amenaza, pues se les ha visto entrar a robar, asaltar, así como usar sustancias nocivas para la salud, lo que genera una mala imagen en su localidad.
Pero los migrantes explican que eso no es verdad, pues su paso por los distintos puntos dura alrededor de tres días, sólo mientras consiguen el suficiente dinero para seguir viajando al norte, donde esperan tener una mejor vida, que la de viajar sin un centavo o la de quedarse en su lugar natal pasando hambre y sufrimiento.
Ninguno de los migrantes quiso presentarse por miedo a ser reportados a las autoridades y deportados a sus países, pero aprovecharon el medio para disculparse por las molestias que su paso causa en el país como la mala imagen o los viajeros que terminan por caer en la delincuencia a causa de sus malos habitos.
«Nosotros sólo venimos de paso, no queremos dañar a nadie y comprendemos que nuestra visita genere una mala imagen, pero tambien queremos vivir bien y para eso tenemos que pasar por aquí, y una disculpa por los paisanos que se involucran en los malos pasos de la delincuencia, pero no todos somos así», comentó el anónimo migrante.
Ante la tentativa de los grupos de apoyo al migrante, ya sean de asociaciones civiles o del mismo gobierno, donde se les garantiza agua, comida y techo de manera temporal, los sureños comentaron que no confían en esos lugares, pues pueden ser puntos estratégicos para que éstos sean deportados a su país.
