* Exigen feligreses de Izcalli justicia por homicidio de sacerdote.
Gerardo GARCÍA HERNÁNDEZ
Cuautitlán, México.- La consternación persiste entre la comunidad religiosa de Cuautitlán Izcalli por el homicidio del párroco Rubén Alcántara Díaz, que ayer recibió el último adiós desde la catedral de Santa María de la Asunción. La misa póstuma y el sepelio en el panteón Ciprés congregó a cientos de devotos, quienes reconocen que no superarán su partida y no evitaron derramar lágrimas.
Autoridades de la Diócesis de Cuautitlán convocaron a la sociedad de Cumbria a superar el duelo, pero también a promover el perdón por este ataque.
«A crecer en dos valores fundamentales de la fe como son el perdón y el amor porque ese es el mensaje que Cristo nos trajo pues que crezcamos en estos valores que Jesús nos enseñó; gracias por sus oraciones y por su solidaridad». El amor que Alcántara Díaz profesó hasta el miércoles a la comunidad de Cumbria se reafirmó con cientos de asistentes a su última despedida, quienes expresaron abiertamente tener roto el corazón.
Por ello, demandaron a las autoridades justicia para el sacerdote y para ellos.
“Esperemos que se haga justicia porque la manera en que pasa esto no tiene nombre, no tiene, la comunidad estamos totalmente rotos de corazón, no sabemos cómo actuar ante esto, nos va a llevar mucho tiempo sí, pero sabemos que Dios lo tiene ya en su Santa Gloria».
El miércoles, al interior de una iglesia, el sacerdote Alcántara Díaz fue asesinado a puñaladas luego de una discusión que sostuvo con un desconocido.
De acuerdo a testigos, el cura se encontraba al interior del espacio religioso cuando su agresor entró y se enfrascó en una discusión.
Antes de este hecho, el 5 de junio del 2017, en la iglesia San Isidro Labrador, La Paz, el padre Luis López Villa, de 73 años, fue asesinado por un hombre que le ayudaba a labores domésticas; el crimen se llevó a cabo en la casa parroquial.