Ismael Alemán Jasso
Familiares de una persona fallecida por distintos problemas de salud y que fue ingresada de urgencia al Hospital General de Tenancingo, en el Estado de México, denunciaron ante las autoridades judiciales a la trabajadora social Magda Edith “N”, quien intentó obtener beneficio económico por tal situación.
La denunciante explicó que el día de los hechos acudió a solicitar atención médica al Hospital General de Tenancingo con su padre, quien sufría múltiples padecimientos de salud, como insuficiencia renal, diabetes, hipertensión e incluso esperaba turno para una cirugía a corazón abierto, la que no le realizaron por temor a que no aguantara la intervención médica.
Señaló la denunciante que luego de que su familiar fue ingresado al área de urgencias salió una mujer, quien se identificó como la trabajadora social de nombre Magda Edith “N”, quien le señaló que su padre se encontraba sin signos vitales y que se encontraba en un “un problemón; que posiblemente las personas que llevaron al enfermo quedarían detenidas en ese momento”, sin embargo, ella podía manejar la situación “dándole dinero, de entrada, a los policías, para que no hicieran lío, porque ella los conocía y jalaban».
Agregó la quejosa que la inculpada les señaló que también debía contratar los servicios en funeraria E. M. López, ubicada frente al hospital, asegurando la trabajadora social que esa funeraria trabajaba con ellos, incluso expidiendo el certificado de defunción sin tampoco «hacer lío», siendo los únicos, insistía, que podían hacer el movimiento; y que de lo contrario, amenazaba Magda Edith, «le echaría al Ministerio Público para que la detuvieran”.
Afectada por la reciente pérdida de su padre, la joven dice que aceptó acudir a los funerales que propuso la trabajadora social para escuchar que el personal realmente se encargaría de recoger los restos de su padre, pues ahora solo le importaba que el cuerpo fuera tratado con decoro en la funeraria donde, al llegar de parte de la trabajadora social, le dijeron que todo estaba en orden y que se encargarían de todo, previo anticipo de un porcentaje para el servicio y pidiéndole que comentara a la trabajadora social que ya todo estaba arreglado, solo que antes tenía que dar seis mil pesos a los policías.
Al no contar con tal cantidad de dinero, la hija solicitó ir al automóvil donde la esperaba otra familiar, quien ya había localizado vía telefónica al médico de cabecera, mismo que advirtió la irregularidad a que estaban siendo sometidos, dando tiempo a un momento de lucidez por parte de la hija quien decidió, entonces, denunciar el presunto modus operandi del personal y contubernio con la funeraria.
