Guadalupe de la Cruz
Luego de que diputados de la LXI Legislatura mexiquense aprobaron en comisiones la ley matrimonios igualitarios, el Cardenal y obispo emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, hizo un llamado a los legisladores para que sepan discernir lo más acorde a la dignidad humana de todos los ciudadanos.
“Dios creó a hombre y mujer, y por lo mismo, el matrimonio deberá ser entre hombre y mujer, eso es respetar lo que Dios quiso. Por lo que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, ese es el plan de Dios y ninguna persona es Dios para cambiarlo”, comentó.
Pero de igual forma sentenció que aquellas personas que tienen tendencias contrarias, no deben ser despreciados, ni ofendidos; “no promovemos el odio y la discriminación hacia las personas homosexuales, pero dejamos muy en claro el plan de Dios”.
El obispo emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, refirió que también Dios invita a evitar el desprecio y ofensa a quienes tienen tendencias contrarias a sus planes, y la homosexualidad, según el catecismo de la iglesia católica, son relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo.
La misma Sagrada Escritura, dijo, presenta estas relaciones como depravaciones graves y ha declarado que los actos homosexuales son desordenados, contrarios a la ley natural y cierran el acto sexual al don de vida, por tanto no pueden recibir aprobación en ningún caso.
Finalmente Arizmendi Esquivel, hizo un llamado a los legisladores mexiquenses para que sepan discernir lo más acorde a la dignidad humana de todos los ciudadanos, de cualquier tendencia, pero también a educar para respetar diferencias y no caer en la ofensa, “hay que evitar destruirnos unos a otros”.