Redacción
En el maravilloso mundo de las muñecas Barbie, hay mucho más de lo que se ve a simple vista. Detrás de la sonrisa perfecta y el glamour de esta icónica figura se encuentra una historia turbulenta que pocos conocen.
Nacido en noviembre de 1926, Jack Ryan no era un hombre común. Después de graduarse de la Universidad de Harvard y Yale, se convirtió en ingeniero y trabajó en una de las compañías de seguridad más importantes del siglo XX: Raytheon Company. Su talento y conocimientos le llevaron a diseñar misiles guiados de gran prestigio, como Hawk y Sparrow.
Pero, ¿cómo pasó Jack Ryan de diseñar armas a convertirse en el creador de una muñeca tan emblemática como Barbie? En 1955, se unió a Mattel, la compañía de juguetes, y su genialidad se puso en marcha. Durante su tiempo en dicha empresa, Jack Ryan diseñó más de 30 juguetes, incluyendo la famosa muñeca Chatty Cathy y los populares Hot Wheels. Sin embargo, su mayor creación y la más controvertida de todas fue Barbie.
Ruth Handler, la esposa del cofundador de Mattel, regresó de un viaje a Suiza con una muñeca llamada Bild Lilli, que era para adultos y tenía un aspecto sensual y provocador. Esta muñeca fue la inspiración para crear una figura enfocada en las niñas estadounidenses, ayudándolas a identificarse con sus futuros cuerpos y representación.
Fue así como Ruth entregó la muñeca a Jack Ryan, con la esperanza de que la rediseñara. Y eso fue exactamente lo que hizo. Jack creó una de las siluetas más icónicas y polémicas de la historia: una muñeca con senos, cintura diminuta, piernas largas y cabello de ensueño. Con su amplio conocimiento de materiales, Jack incluso hizo que las rodillas de Barbie «truenen» y que su cintura pudiera girar, logrando un nivel de realismo nunca antes visto en una muñeca.
Pero detrás del éxito y el impacto cultural de Barbie, la vida de Jack Ryan era todo menos perfecta. Se casó cinco veces y su primera esposa, llamada Barbie, tuvo dos hijas con él. Y una de ellas, revelado en su podcast la terrible realidad de vivir con su padre, quien era adicto al sexo, las drogas y quien utilizaba armas por diversión.
La vida de Jack Ryan también estuvo llena de extravagancias. Poseía una mansión estilo castillo en Bel-Air que se convirtió en el centro de fiestas llenas de drogas y, según se rumorea, orgías. En estas reuniones exigía que las participantes de estos encuentros sexuales tuvieran una imagen similar a la muñeca que él creó: rubias, altas y delgadas.
Pero las controversias no terminaron ahí. Jack Ryan también se vio envuelto en una demanda con Mattel relacionada con las regalías por las ventas de los juguetes que diseñó. Con Barbie siendo la más vendida del mundo, las ganancias que Jack recibía eran una locura, por ello se convirtieron en un problema para la compañía.
El trágico final de Jack Ryan llegó en 1989, cuando sufrió un derrame cerebral que afectó gravemente su salud. Dos años después, en 1991, se quitó la vida con un disparo.
La historia detrás de Barbie es mucho más compleja de lo que parece. Jack Ryan, el hombre detrás de su creación, dejó un legado oscuro y controvertido. Aunque su genialidad en el diseño de juguetes es innegable, su vida personal y las sombras que lo rodearon han dejado una marca imborrable en la historia de Barbie.
Hoy, cuando veas a Barbie sonriendo desde las estanterías de las tiendas, recuerda que detrás de esa imagen perfecta se encuentra una historia turbulenta que nos invita a reflexionar sobre los límites de la perfección y los oscuros secretos que a veces se ocultan detrás de nuestras figuras más queridas.
