Redacción
La decisión de adoptar o adquirir una mascota debe tomarse con responsabilidad y considerando el impacto que tendrá en la dinámica familiar, ya que implica un compromiso que puede extenderse de 10 a 20 años. Esto incluye evaluar las necesidades específicas de la especie, el espacio disponible y los recursos para su cuidado, según el Programa de Esterilización de Perros y Gatos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
En México, el 70% de los casi 23 millones de perros viven en situación de calle, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para 2024. Este dato posiciona al país como el primero en América con mayor población canina abandonada, un problema agravado por el abandono de animales comprados o adoptados de manera impulsiva.
Durante las fiestas decembrinas se observa un aumento en la adopción de mascotas, particularmente de razas que están de moda. Sin embargo, muchas de estas especies requieren cuidados especiales que no siempre se toman en cuenta al momento de adquirirlas. Por ejemplo, los bulldogs franceses e ingleses, así como los pugs, presentan patologías respiratorias y oculares que necesitan atención constante. En el caso de gatos, las razas persa y angora también tienen necesidades particulares que pueden suponer un reto para quienes las adoptan.
Los Huskies, popularizados en redes sociales, son otro ejemplo de mascotas que requieren un compromiso significativo. Esta raza es conocida por su alta energía, necesidad de recreación y vocalización frecuente, características que no se ajustan fácilmente a todas las familias.
La tenencia responsable implica garantizar que el animal cuente con un entorno adecuado para vivir, acceso a alimento acorde a su especie, raza y edad, atención médica y un ambiente que respete su naturaleza. Además, se recomienda evitar la humanización de las mascotas y fomentar un vínculo saludable entre los animales y las niñas y los niños de la familia.
Aunque algunas razas, como los Rottweiler y los Pitbull, suelen ser consideradas inapropiadas para convivir con infancias, estas especies pueden desarrollar un fuerte lazo protector si se crían en un ambiente adecuado.
Para las infancias, convivir con animales puede ser una experiencia enriquecedora, ya que fomenta valores como la responsabilidad y el respeto hacia otros seres vivos. Sin embargo, es fundamental que los adultos supervisen y eduquen a las niñas y los niños sobre el cuidado y manejo adecuado de las mascotas.
Adoptar o adquirir una mascota sin considerar los recursos económicos, el espacio disponible y el tiempo necesario para su atención puede generar problemas a largo plazo, tanto para la familia como para el animal. Ante estas circunstancias, es preferible abstenerse de incluir una mascota en la familia hasta estar completamente preparados para asumir el compromiso.