Redacción
Con el propósito de impulsar soluciones sostenibles desde el ámbito escolar, estudiantes del Plantel “Dr. Ángel María Garibay K.” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México desarrollaron dos proyectos orientados al uso responsable de recursos: un sistema fotovoltaico sustentable y un sistema de captación y filtración de agua pluvial. Ambas iniciativas surgieron como parte del aprendizaje en física y buscan generar alternativas accesibles frente a la crisis climática.
El proyecto fotovoltaico se creó con la intención de disminuir el consumo eléctrico en las instalaciones y promover el aprovechamiento de energías limpias. Según explicó la estudiante Mia Velázquez Bolaños, este sistema transforma la radiación solar en corriente continua para alimentar diversos dispositivos del plantel, entre ellos el “árbol solar”, cuya iluminación navideña funciona con energía renovable.
“Nos enfrentamos a desafíos técnicos, como conectar la serie al controlador y entender los voltajes adecuados, pero aprendimos mucho en nuestras clases de física. No es solo conectar cables, implica cálculos y seguridad”, señaló. Agregó que el sistema opera desde hace dos años, lo cual representa orgullo y responsabilidad para quienes participan en su mantenimiento.
De manera paralela, las alumnas Camila Dávila Flores y Valentina Camila Delgado Arriaga presentaron el sistema de captación de agua pluvial, diseñado para recolectar, filtrar y reutilizar el agua dentro del plantel. Su implementación integra principios físicos como los postulados de Bernoulli y Torricelli, utilizados para calcular la velocidad del flujo y mejorar la eficiencia del aprovechamiento. Camila Dávila destacó la importancia de traducir la teoría en práctica al indicar:
“Aplicar la teoría que aprendemos en clase a la realidad es muy interesante, porque sabemos en qué consisten los sistemas, pero llevarlo a cabo en el Plantel fue un desafío. En ese momento, la asesoría de nuestros profesores y profesoras, como la profesora de física Paulina Morales Valenzuela, fue clave”.
El diseño incorpora un prototipo de filtración que emplea un filtro de cerámica para retener microplásticos y bacterias, carbón activado para eliminar compuestos orgánicos, resinas para intercambiar iones tóxicos y un proceso de remineralización que estabiliza el pH del agua. Una vez tratada, puede emplearse en actividades como el abastecimiento de sanitarios. En este sentido, Valentina Camila Delgado subrayó la importancia de estos esfuerzos: “Aunque sean pequeños pasos, aportan muchísimo. Concientizamos a todos sobre el valor del agua, un recurso que usamos a diario y en grandes cantidades. Debemos sentirnos orgullosas de lo que podemos lograr; es un bien común para nuestro plantel”.
Ambos proyectos forman parte de una estrategia escolar orientada a promover prácticas de sostenibilidad entre la comunidad universitaria, con la intención de que el conocimiento científico contribuya a la solución de problemas reales. El trabajo estudiantil ha demostrado, señalan las y los participantes, que la ciencia aplicada es una herramienta clave para enfrentar desafíos ambientales desde espacios educativos.
Las estudiantes enfatizaron la relevancia de que más integrantes de la comunidad conozcan y se sumen a estas iniciativas, ya presentes en otros espacios institucionales. Su invitación se centra en fortalecer la participación colectiva para impulsar acciones que favorezcan el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad frente a los recursos naturales.





