Isabel BLANCAS
*Católicos se abren a la discusión por matrimonios entre personas del mismo sexo.
*Piden a UAEM incluirlos en el análisis de iniciativa de las denominadas bodas gay.
Monseñor Daniel Medina Pech, doctor en Ciencias de la Familia, dijo estar dispuesto a debatir públicamente con personas como el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Jorge Olvera, sobre el tema de matrimonio igualitario y que se escuchara también otro punto de vista.
«El rector dice que tiene expertos en el tema, nosotros también, así que nos gustaría y estamos esperando la respuesta a esta invitación a debatir que se hizo el pasado 6 de junio por escrito».
Lamentó no haber sido uno de los sectores invitados a los foros que realizó la universidad mexiquense para hablar del tema, por lo que ahora buscan ser escuchados con este debate, con el que aseguró se darán opiniones con base en estudios científicos.
En lo que se refiere a su intervención en la política, aseguró que la Iglesia es un actor social desde hace cinco siglos y están inmersos en estos temas porque deben defender a la familia convencional donde consideró debe existir un papá y una mamá.
Asimismo, consideró que la Iglesia representa a más del 90 por ciento de la ciudadanía y consideran que el presidente Enrique Peña Nieto no está dando los resultados esperados y si no está cumpliendo con la expectativa lo invitó a que se retire del cargo, pues esta exigencia es un derecho de los pueblos de todos los tiempos.
«Señor presidente, está usted en un error desde el aspecto de la naturaleza y jurídico (…) me pregunto si no hay un Estado totalitario que quiere decidir hasta en la misma naturaleza humana», expresó.
Finalmente, consideró que en la política todos los puntos de vista deben ser considerados porque también forman parte de una sociedad, aunque pareciera que ahora los que están siendo discriminados son ellos por no ser escuchados y a veces relegados por pensar diferente.
«Nosotros no estamos en contra de los homosexuales porque los amamos, son seres humanos, pero la homosexualidad activa sigue siendo un pecado porque es una gran ofensa a Jesucristo», concluyó.
