Por Héctor Zerecero
Los delegados fungen como el primer contacto entre la ciudadanía y el gobierno. Si bien la ciudadanía no está acostumbrada a la relación con sus gobernantes, la figura de delegado puede llegar a romper ese tabú, siendo un primer escalón para poder darle acercamiento a la misma gente, ya que es la representación política y administrativa del Ayuntamiento en sus localidades y debe cumplir y hacer cumplir el Bando de Policía y Buen Gobierno, reglamentos municipales, circulares y demás disposiciones de carácter general dentro de su localidad.
Un gran ejemplo de las actividades que realiza el delegado es rendir al Ayuntamiento las cuentas relacionadas con el movimiento de fondos de la delegación, levantar el censo de contribuyentes municipales, promover la educación en su comunidad, promover el establecimiento y prestación de servicios públicos en la localidad, informar al Ayuntamiento de cualquier alteración al orden público, así como de las medidas correctivas tomadas al respecto, así como hacer cumplir las disposiciones sobre la venta y consumo de bebidas alcohólicas en el estado.
Para ser delegado municipal se deberá cumplir con los siguientes requisitos:
I. Ser ciudadano mexicano.
II. Estar en pleno uso de sus derechos civiles y políticos.
III. Ser persona de reconocida moralidad y tener un modo honesto de vivir.
IV. Ser originario o, por lo menos, tener tres años de residencia en el lugar en donde deba ejercer estas funciones.
V. No haber sido condenado por delito culposo.