Guadalupe de la Cruz
La proliferación de perros callejeros ha traído graves consecuencias en el municipio de Toluca, debido a que algunos se vuelven agresivos, por lo que en algunas delegaciones los vecinos los envenenan para exterminarlos.
Patricia Carranza Gloria, activista y dueña de un albergue para perros abandonados que se encuentra ubicado en el centro de la capital mexiquense, solicitó a las autoridades municipales tomar cartas en el asunto, a fin de evitar que más animalitos sigan muriendo de manera indiscriminada.
“También el llamado es para los dueños de mascotas, para que se hagan cargo de sus animales, ya que son seres que sienten, y que una vez que deciden contar con una mascota es para cuidarla y no para abandonarla cuando ya no la quieren”, comentó.
La activista mencionó que aun cuando el Centro de Control Animal ya ha reactivado su operación, solo están esterilizando a 30 perros diariamente, que son llevados por sus dueños, sin embargo, siguen apareciendo animales en la calle.
Desafortunadamente, dijo, durante la pandemia muchas personas optaron por abandonar a sus mascotas, lo que ocasionó que la proliferación de los mismos creciera de manera indiscriminada, los cuales, en su mayoría se vuelven agresivos y un peligro para la sociedad.
“Muchas protectoras dicen que al ser pro-vida se oponen al sacrificio de los animales, sin embargo, lo que tienen que pasar la mayoría de estos perritos no es vida, porque muchas veces no les dan de comer; y con estas acciones al Ayuntamiento lo ponen entre la espada y la pared”, señaló.
Carranza Gloria dijo que es urgente que las autoridades respectivas lleven a cabo redadas para recoger a los animales, pues muchos de ellos terminan bajo la llanta de un auto, lastimados, pateados y, lo peor, envenenados.
“He tratado de platicar con el director del Centro de Control Animal para pedirle que se resuelvan estos problemas. Ya he juntado firmas con mis vecinos en la colonia San Jorge para que retomen las redadas y recojan a los perros que andan en la calle sufriendo”, enfatizó.
Es más, destacó la activista, estas redadas son necesarias por salud pública, pues los animales defecan en la calle, y una vez que el excremento se seca, el aire se encarga esparcirlo y se convierte en infecciones para los humanos.
“Sinceramente, creo que si no tienen una vida digna, mejor que tengan una muerte digna, ya que las protectoras se oponen, pero no hacen nada para rescatar a perros enfermos o atropellados”, concluyó.