Por Guadalupe de la Cruz
Las muertes por accidentes automovilísticos, por indigencia y de niños de la calle se han incrementado de forma considerable, prueba de ello es que la fosa común del panteón municipal de Toluca está llena de almas que descansan sin epitafio, pues al no haber sido reclamados por sus familiares los cuerpos que ahí yacen, las autoridades ordenaron darles sepultura.
Hace seis años, aproximadamente, aún había espacio en la extensa área ubicada hasta la parte trasera del panteón local, pero actualmente es difícil encontrar un sitio para enterrar más cadáveres de personas que mueren de forma trágica en algún accidente, en la calle por ser indigentes o de niños que sufrieron algún evento trágico y de quienes no fue posible localizar a sus familiares para entregarles sus restos.
El área de la fosa común luce plana y seca, con contadas cruces viejas; y aun cuando es cortado el pasto, no existe algún cúmulo de tierra que se le haya puesto a quien descansa sin haber sido enterrado por sus parientes, aunque quizá sí recordado con el pasar del tiempo.
“Despacio, hermano, no precipites tu andar, no avances como un potro desbocado, siembra en tu sendero mucho amor para no ser un despojo abandonado, sin cruz, sin nombre y sin el cariño de una flor”, cita parte de un epitafio escrito sobre una figura triangular de concreto puesta desde el año 1984 en esta parte del cementerio que ha sido olvidado por muchos.
Desafortunadamente, el día de muertos esta fosa común luce vacía y desolada, pues no hay nadie quien vaya a rezar a las tumbas de quienes yacen sin haber sido reconocidos, en tanto, el resto del panteón municipal de Toluca se viste de colorido por las flores que centenares de personas llevan a su familiar que se ha adelantado en el camino.
Cabe mencionar que en el 2016 las autoridades municipales de Toluca contabilizaban mil 880 restos humanos, de los cuales, mil 044 correspondían a adultos y 836 a niños, pero hoy en día no cabe ni un cuerpo más.
Para que un cadáver llegue a la fosa común, el Ministerio Público tiene que dar fe del fallecimiento, principalmente en la vía pública; luego es trasladado al Servicio Médico Forense, donde se le practica la necropsia de ley que determine las causas de la muerte y su posible identificación.
Posteriormente, los restos humanos son guardados en gavetas, y si no son reclamados en determinado tiempo que marcan los protocolos del SEMEFO, se hacen los trámites administrativos para que sea enterrado en la fosa común.
Ya en el panteón municipal de Toluca, el Ministerio Público entrega la orden de salida del Servicio Médico Forense y el recibo de inhumación del Registro Civil, para que le sea asignado un lugar al cadáver, que en cualquier momento puede ser reclamado por sus familiares, en caso de que comprueben su parentesco.