Guadalupe de la Cruz
El Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) hace una antena invitación a la población en general para que durante esta temporada adquieran en las tiendas Casart el papel picado.
Mucho se ha comentado que parte del proceso esencial para la elaboración del papel picado es el dibujo original, que una vez puesto sobre las hojas de papel china servirá de guía; se trabajan fajos de 50 hojas clavadas y superpuestas; no se necesita mucha herramienta, sólo cinceles, martillo, planchuela de plomo e ingenio y habilidad.
Los artesanos que trabajan el papel picado son originarios de municipios como: Rayón, Toluca, Texcalyacac, Metepec, Zumpango y Atenco, quienes le han dado nombres a sus cinceles, de formas y tamaños diferentes, según las necesidades, así los curvos se llaman media caña, uñetas, sacabrocas o cuadras y algo importante dentro de la transformación es la plancha de plomo, la cual, impide que se maltrate el hilo de los cinceles.
Cabe mencionar que los artesanos empezaron a vender sus trabajos en los pueblos vecinos y entre la gente que trabajaba en las haciendas; tiempo después, alrededor de 1930 se difundió a otros estados.
A partir de los años setenta, el papel picado empezó a tener un auge como artesanía reconocida no sólo a nivel nacional sino internacional; y durante la época prehispánica, en las ofrendas de Día de Muertos solían colocarse representaciones hechas en papel picado que aludían a las deidades de los elementos naturales.
Es importante mencionar que el papel picado proviene de la cultura china y fue trabajado en Europa desde el siglo XVI con el nombre de papel cortado. Para su elaboración, en Polonia, Portugal, China y México se usan papeles recortados que son utilizados como adorno durante el calendario festivo.