Redacción
Alberto, un joven de 23 años, halló en su graduación del Programa de Justicia Terapéutica un impulso crucial para continuar su camino y mejorar su vida. Este programa, parte del modelo de Tribunal de Tratamiento de Adicciones (TTA) del Poder Judicial del Estado de México, le brindó nuevas oportunidades y perspectivas.
Desde los 14 años, Alberto se dedicó a operar juegos mecánicos en ferias para contribuir económicamente a su familia, abandonando los estudios en ese proceso. La tristeza que surgió por la pérdida de su mejor amigo lo llevó a consumir tabaco, alcohol y otras sustancias psicoactivas, desencadenando una adicción que afectó sus lazos familiares.
Su adicción lo alejó progresivamente de su entorno familiar, hasta que un día fue detenido y seleccionado para el programa que cambió su vida. A través del apoyo multidisciplinario que ofrece el TTA, logró superar casi siete años de lucha contra la adicción, fortaleciendo sus relaciones familiares, laborales y sentimentales, y cultivando nuevas aspiraciones.
Después de la audiencia de suspensión condicional del proceso legal en su contra, Alberto celebró su regreso a los estudios y el establecimiento de metas como la conclusión de su educación y la búsqueda de un trabajo estable con mayores ingresos. Sus declaraciones reflejaron el deseo genuino de construir un futuro mejor, en el que las lecciones aprendidas a través de la terapia psicológica y el apoyo social desempeñan un papel fundamental.
La jueza Irma Isabel Vargas Quezada, responsable del Distrito Judicial de Tenancingo, reconoció el esfuerzo y la dedicación de Alberto, decretando el cierre del caso penal debido a su éxito en el programa. El trabajo conjunto de diversos organismos, como el Instituto de la Defensoría Pública, la Fiscalía Especializada, el Instituto Mexiquense contra las Adicciones y la Secretaría de Seguridad Pública, se materializó en una segunda oportunidad de vida para Alberto, demostrando el valor de la rehabilitación y el apoyo integral.