Lilia González
El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) reflejó que sólo 6.2 millones de mexiquense decidieron participar en el ejercicio electoral del pasado domingo para elegir a la próxima gobernadora.
Lo anterior se tradujo en una participación ciudadana del 50.13%, lo que refleja que la participación cayó en comparación a la registrada en 2017.
De acuerdo al histórico de participación ciudadana, en la elección de 1999 la participación llegó al 46.9%, en la de 2005 un total de 42.7%, en 2011 fue de 46.15% y en la de 2017 fue de 53.7%.
Para esta elección hubo una Lista Nominal de Electores de 12.6 millones de personas, siendo el rango de entre 20 y 34 años de edad los grupos etarios que conformaron un porcentaje importante de la lista, seguidos de las personas de 65 años y más.
“Es un saldo positivo, al final del día salieron más de 6 millones de mexiquenses a votar, estamos en la media de las votaciones, en 2011 tuvimos un 46% de participación, en 2017 un 53%, esto no quiere decir que no haya áreas de oportunidad ni cosas qué mejorar”, sostuvo Amalia Pulido Gómez, consejera presidenta del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).
Señaló que el llamado abstencionismo, es un fenómeno multifactorial, pues se sabe que cuando hay elecciones concurrentes el votante tienen mucho más incentivos de salir a las urnas al elegir más cargos de elección popular; sin embargo, en esta ocasión sólo se elegía la renovación de la gubernatura.
Otro factor, dijo, pudo haber sido la oferta política, pues a diferencia de 2017 en donde hubo seis candidaturas, en este proceso 2023 hubo sólo dos.
“No quiero dejar de felicitar a la ciudadanía que sí salió a las urnas y decidió el rumbo del Estado de México, nosotros como autoridad electoral tenemos el compromiso de garantizar que los 12.7 millones inscritos en la lista nominal encuentren las condiciones para votar y así cumplimos. No solo es tema de la autoridad electoral, también de las fuerzas políticas”, destacó.
