Rafael Rodríguez
Este martes 31 de mayo se celebra “El Día Mundial Sin Tabaco”, una fecha para reflexionar acerca de los efectos nocivos que tiene esta droga estimulante entre los más de mil millones de personas en el mundo, de los cuales 15 millones son mexicanos que lo consumen continuamente y que año con año provoca la muerte de más de 63 mil connacionales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), instituyó que el 31 de mayo se conmemorara esta este día desde 1987, debido a la gravedad de los problemas sanitarios que ha traído el consumo de del cigarro y demás artículos provenientes de la planta del tabaco.
Según cifras de la OMS, cada año se registran más de 8 millones de defunciones relacionadas con el consumo de tabaco en el mundo, a mayoría de ellas se producen en países de ingresos bajos y medianos, que suelen ser objetivos de la injerencia y la mercadotecnia intensivas por parte de la industria tabacalera.
Además, el tabaquismo también es un factor de riesgo para los no fumadores, quienes al estar expuestos a los humos nocivos del tabaco, comienzan a padecer enfermedades con esta adicción, sin haber tenido la necesidad de ser el consumidor directo de la sustancia. Dejando anualmente 1,2 millones de defunciones. De los cuales al menos 65 mil son menores de edad.
Actualmente la OMS estima que 1300 millones de personas de todo el mundo -de las cuales el 80% viven en países de ingresos bajos y medianos- consumen productos de tabaco, lo que agrava la pobreza dado que destina al tabaco recursos necesarios para satisfacer necesidades básicas de la familia, tales como alimentación y vivienda.
En México la situación no es distinta
Solo en nuestro país, anualmente mueren más de 60 mil personas por enfermedades asociadas al tabaquismo y cuesta más de 116 mil millones por año para la atención médica en hospitales y centros de salud de las patologías que provoca, incluyendo cánceres, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y afecciones cardiovasculares.
Dichos datos provienen de de un estudio de modelado matemático realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) en conjunto con otras organizaciones de la Sociedad Civil
Se estima que en México, el 24.8% de los hombres y el 7.8% de las mujeres fuma, además se calcula que el cigarrillo produce cada año en el país 196,576 casos de EPOC, 138,930 de enfermedades cardíacas, 43,966 de neumonías, 34,810 de accidente cerebrovascular (ACV) y 8,975 de cánceres, incluyendo 6,123 de pulmón.
En dicho informe aseguraron que, si se aumentaran los impuestos a productos del tabaco y su precio subiera un 50%, se podrían evitar 49,357 muertes en 10 años y el país obtendría un beneficio económico total de $309,847 millones en concepto de ahorros de costos al sistema de salud y en cuidadores.
En este contexto, el tabaco es responsable de 19,469 muertes anuales por enfermedades cardíacas; 17,425 por EPOC; 5,165 por cáncer de pulmón; 5,763 por otros cánceres; 7,275 por tabaquismo pasivo y otras causas; 4,077 por neumonía; y 4,060 por accidente cerebrovascular (ACV). En conjunto, estas cifras representan el 9.7% de las muertes anuales en el país.
El daño al medio ambiente
María Guadalupe Ponciano Rodríguez, de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que Si los consumidores de cigarrillos necesitan una razón más para dejar de fumar, debido a los graves efectos en su salud y de quienes los rodean, y además de los ocho millones de fallecimientos al año en el mundo, hay que sumar el profundo impacto que la industria tabacalera tiene sobre el medio ambiente: en el suelo, agua y aire,
El tabaco destruye el hábitat “perjudicando aún más la salud de las personas debido al cultivo, la fabricación, la distribución, el consumo y la eliminación” de sus productos, establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La integrante del Departamento de Salud Pública de la citada Facultad añadió que las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria tabacalera son 84 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que equivale a lanzar a 280 mil cohetes al espacio exterior.
A lo anterior se suman los producidos por mil 300 millones de fumadores, humo y colillas: estas últimas afectan principalmente las playas. Una que se arroja al drenaje puede contaminar 50 litros de agua dulce y 10 de agua salada. Esto, y su lenta degradación, contribuyen a la polución del suelo y del vital líquido, además que muchas de ellas son las principales causantes de incendios forestales, junto con las fogatas”, destaca Ponciano Rodríguez.
Algunos podrán dejar de consumir cigarrillos sin dificultad, pero otros se percatarán de la capacidad adictiva de la nicotina y considerarán que no pueden continuar en abstinencia, que su cuerpo les pide esa sustancia y que, tal vez, necesitan apoyo profesional para dejarlo. “Una pregunta importante que deben responderse es: ¿para qué fumo?, ¿qué busco al hacerlo?; eso los puede llevar a reflexionar que es el momento de liberarse de esa adicción que cobra tantas vidas”.
