Alelhi Rodríguez
Sobre la avenida Venustiano Carranza, en el municipio de Toluca, Catalina Cosme Sánchez, de 71 años de edad, teje las tradicionales palmitas para este Domingo de Ramos, quien busca reactivar su economía después de dos años de no vender su producto.
En sus manos sostiene la palma, dividida en tres partes, para después entrelazar una a una y así dar forma a cruces con este material.
La mujer, originaria de la comunidad otomí de San Cristóbal Huichochitlán, ubicada al norte de la capital mexiquense, ha tejido palma desde su niñez.
Este oficio también lo trabaja su hija Era Avilés Cosme, quien platicó que desde hace ocho años se instalan en este punto a la salida de la iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Ofrecen sus artesanías con un costo de 10 a 30 pesos, algunas incluyen ramas de romero y manzanilla, que son bendecidas por los sacerdotes para iniciar la semana mayor según la religión católica.
Y es que esta artesanía es representativa para los feligreses, ya que es el símbolo de la renovación de la fe en Dios y resurrección de Cristo.
La mujer de la tercera edad, acompañada de su hija, recorrerá no solo la iglesia ya mencionada, sino otras más del Valle de Toluca para vender su producto elaborado artesanalmente.