Shaira Mulia
Es natural querer lucir siempre «clean» y para lograrlo, es importante adoptar una serie de hábitos que te hacen ver más joven, siendo el cuidado de la piel uno de los aspectos fundamentales. No se trata solo de usar numerosos tratamientos y productos, sino también de cultivar el amor propio, lo cual se refleja en una tez sana y hermosa. Y lo mejor es que no necesitas gastar una fortuna, ya que hay acciones sencillas en tu día a día que pueden ayudarte a lograrlo ¿Quieres saber cuáles son?
Aquí te presentamos prácticas que puedes implementar desde ahora mismo para tener una piel saludable, luminosa y fresca sin invertir grandes cantidades de dinero ¡Prepárate para obtener el cutis que siempre has deseado!
Usar protector solar: El primer mandamiento para lucir más joven es proteger tu piel de los daños causados por el sol. La exposición prolongada a los rayos UV puede acelerar el envejecimiento, provocando arrugas, manchas y flacidez. Utiliza siempre protector solar con un SPF adecuado, incluso en días nublados, y no olvides aplicarlo cada 3 horas en todas las partes de tu cuerpo expuestas.
Mantenerte hidratada: La hidratación es clave para una piel radiante y joven. Bebe al menos dos litros de agua al día para mantener tu piel hidratada desde adentro, y verás cómo se refleja en tu apariencia exterior. También es recomendable utilizar una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel por la mañana y por la noche. Esto te ayudará a promover la elasticidad y prevenir la aparición de arrugas prematuras.
Llevar una dieta equilibrada: Una alimentación balanceada y rica en nutrientes es fundamental para tener una piel rejuvenecida y una buena salud en general. Incorpora alimentos como frutas, verduras, pescado y nueces, que son ricos en antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Estos nutrientes ayudan a combatir los radicales libres y a mantener la piel nutrida desde adentro.
Tener una limpieza adecuada: La limpieza diaria es uno de los hábitos más importantes para mantener una apariencia joven, ya que elimina la suciedad, el exceso de grasa y las impurezas. Utiliza un limpiador suave, sin fragancia, y evita frotar enérgicamente, ya que esto puede irritar la piel. No olvides retirar el maquillaje antes de dormir para permitir que tu piel respire y se recupere durante la noche.
Reducir el nivel de estrés: El último paso, pero no menos importante, es brindarle a tu piel el descanso que necesita. Duerme lo suficiente todas las noches para permitir su regeneración y reparación. Además, busca formas de reducir el estrés en tu vida, ya que si se vuelve crónico puede afectar negativamente tu salud. Prueba técnicas de relajación como el yoga, la meditación o actividades que te apasionen.
¡Al adoptar estos hábitos en tu rutina diaria, estarás invirtiendo en el futuro de tu piel y en tu bienestar general!