Redacción
Las intensas tormentas que comenzaron el martes y persistieron durante la noche causaron inundaciones devastadoras en el sur y este de España, abarcando regiones desde Málaga hasta Valencia. Estas inundaciones, consideradas una de las peores catástrofes naturales recientes en el país, arrastraron vehículos y transformaron calles en ríos peligrosos, dejando al menos 64 personas muertas.
Las autoridades de la Comunidad Valenciana confirmaron 62 muertes, con dos decesos adicionales en Castilla La Mancha. A medida que las labores de rescate continuaban, se reportaban varias personas desaparecidas. El gobierno español declaró tres días de luto a partir del jueves por las víctimas de este desastre.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ofreció su apoyo a las familias afectadas y aseguró que se movilizarían todos los recursos necesarios para la recuperación. En localidades como Utiel, donde seis residentes perdieron la vida, los alcaldes expresaron su angustia por la magnitud de la tragedia.
Más de 1,000 soldados de la Unidad Militar de Emergencias se desplegaron para ayudar en las tareas de rescate. Imágenes mostraron a personas mayores en situaciones críticas, mientras que videos grabados por residentes reflejaron la devastación, con calles inundadas y objetos arrastrados por la corriente.
La Agencia Española de Meteorología calificó las lluvias de «extraordinarias», con registros de 491 litros de agua por metro cuadrado en ocho horas en Chiva. Aunque España ha enfrentado tormentas similares, la magnitud de las recientes inundaciones resultó sin precedentes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la disposición de la UE para ofrecer asistencia a España mediante su sistema de satélites de geovigilancia. Mientras las aguas comenzaban a bajar, las comunidades afectadas luchaban por recuperarse, con muchos residentes buscando a sus seres queridos y tratando de salvar lo que podían de sus hogares.