Redacción
La violencia en Haití sigue escalando, especialmente en la capital, Puerto Príncipe, donde los enfrentamientos entre grupos armados y las fuerzas de seguridad están exacerbando la crisis humanitaria. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha advertido sobre el aumento de las necesidades sanitarias, ya que el número de víctimas directas de la violencia se ha duplicado en comparación con las cifras habituales. La organización ha tenido que intervenir de manera urgente para atender a las víctimas de los conflictos armados que afectan a la población civil.
En solo una semana, entre el 24 de febrero y el 2 de marzo, los equipos de MSF atendieron a 90 personas heridas, una cifra alarmante que refleja la creciente intensidad de los combates. La capital de Haití, ya gravemente afectada por la violencia de las bandas criminales, se ha convertido en un escenario de constantes enfrentamientos que ponen en peligro la vida de los habitantes, quienes quedan atrapados en medio del fuego cruzado.
La situación se agrava aún más con el control de las bandas sobre un 85% del territorio capitalino, lo que ha llevado a miles de personas a abandonar sus hogares. Más de 24,000 personas se han desplazado desde mediados de febrero, buscando refugio en condiciones precarias. MSF ha identificado más de un centenar de campamentos de desplazados, muchos de ellos con un acceso limitado a agua y otros servicios básicos.
A pesar de los esfuerzos de la organización, las condiciones son insuficientes para hacer frente a la magnitud de la crisis. La escasez de recursos y la falta de financiación han dificultado la respuesta humanitaria. Según Christophe Garnier, jefe de misión de MSF en Haití, las capacidades actuales son insuficientes para cubrir todas las necesidades de la población afectada, especialmente con la llegada inminente de la temporada de lluvias, que podría empeorar aún más la situación.
El panorama es sombrío y requiere de acciones urgentes para evitar una catástrofe humanitaria de gran escala. La comunidad internacional debe aumentar su apoyo a la respuesta humanitaria en Haití, que actualmente se encuentra gravemente subfinanciada. Sin una intervención rápida y adecuada, la crisis podría profundizarse, con consecuencias devastadoras para la población haitiana.