Redacción
Las recientes tormentas en el este de España, que han dejado al menos 217 personas fallecidas, la mayoría cerca de Valencia, continuaron su efecto devastador con fuertes lluvias en Barcelona. Este fenómeno llevó a las autoridades a suspender el servicio de trenes de cercanías en la región, afectando a millones de personas.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, anunció la medida en respuesta a las condiciones meteorológicas adversas. Las alertas de “lluvias extremas y continuadas” se emitieron en Barcelona, advirtiendo a la población sobre los peligros de aproximarse a cauces secos o barrancos.
Además de las interrupciones en el transporte terrestre, las lluvias también obligaron a cambiar las rutas de varios vuelos en el aeropuerto de Barcelona. Las inundaciones han ocasionado el cierre de varias autopistas en la zona.
En Valencia, los esfuerzos de rescate continúan mientras se busca entre los escombros y los vehículos dañados. Las autoridades aún no ofrecen un número confiable de desaparecidos, pero se reportan múltiples solicitudes de ayuda de familiares que buscan a sus seres queridos. En el municipio de Aldaia, soldados y rescatistas examinan un centro comercial inundado, utilizando embarcaciones y reflectores para acceder a las áreas afectadas.
El estacionamiento subterráneo del centro comercial Bonaire se inundó con un metro de agua, complicando las labores de rescate. Aunque se han encontrado numerosos vehículos, no se han hallado cuerpos en este lugar hasta el momento. La comunidad, en medio del desasosiego, expresa su frustración hacia las autoridades, especialmente tras la visita del rey y otros líderes, durante la cual algunos ciudadanos lanzaron lodo en señal de protesta.
Expertos climáticos sugieren que el desastre se debió a un sistema de tormentas de bajas presiones, influenciado por las altas temperaturas del mar Mediterráneo. Este sistema se estancó en la región, causando lluvias torrenciales que superaron las expectativas.
Para ayudar en la recuperación, la Armada española desplegó el buque “Galicia”, que llegó con marines, helicópteros y suministros. El esfuerzo de socorro involucra a más de 7,500 soldados y un considerable número de policías, todos trabajando para mitigar el impacto de estas históricas inundaciones.
