Trenes cancelados, pistas de aterrizaje derretidas, incendios e insolación son algunas consecuencias de la primera alerta de la historia por “calor extremo”.
Cuando se llega a 40ºC en un país donde el verano es una estación que no siempre hace su aparición en el calendario, donde las barbacoas y poder colocarse por fin las sandalias y las bermudas y dormir, era lo mejor esperado. Sin embargo, ahora las altas temperaturas están colapsando partes de un país que no está adaptado para el calor intenso y en general del mundo.
Al norte de Londres; el aeropuerto de Luton, tuvo que suspender el lunes todas sus operaciones porque la pista de aterrizaje del aeródromo se había, literalmente, derretido. El calor deformó algunas zonas de la explanada, convertida en una enorme “sartén” bajo los 36 grados que se registraron.
Mientras que otros países del sur de Europa, han tenido que esparcir arena en algunas vías para evitar que el asfalto fundido provoque accidentes y alertado prontamente a los conductores para que comprueben la presión de sus neumáticos ante el riesgo de que estallen
Por otro lado se han obligado a cancelar cientos de servicios ferroviarios, ya que las vías corren el riesgo de deformarse o incendiarse, como ocurrió la semana pasada en un puente que conecta la estación de Victoria, una de las más importante de Londres, con la de Brixton. Y a A modo de prevención tuvieron que pintar de blanco partes de las vías para mitigar el reflejo.
El problema es que muchas casas se han convertido estos días en pequeños infiernos y las autoridades han tenido que pedir a los británicos que no salgan de sus casas. Pero cabe mencionar que, apenas el 0,5% de las viviendas cuentan con aire acondicionado, así que los ventiladores y los climatizadores portátiles han volado de muchas tiendas.
El curso escolar aún no ha finalizado, pero algunos centros han decidido cerrar antes para proteger a los niños, la comida tanto en casa como en supermercados están realizando maniobras posibles para mantener la comida fresca y servible.
Incluso el agua potable «podría saber y oler raro”; comentarios de la población en algunas partes del sur de Londres y se prevé que esta misma semana las temperaturas desciendan pero las olas de calor han venido para quedarse, advierten los expertos.
El meteorólogo Scott Duncan explicó en el programa Newsnight de la BBC que la ola es un resultado de un calentamiento provocado por las temperaturas del verano boreal en el desierto de Sahara, que coincidió con un sistema atlántico de baja presión entre las islas Azores y Madeira.
Según dijo, este sistema alimenta el frente cálido, lo que lo ha empujado hacia Europa occidental. «El eje de baja presión cerca de Portugal actúa como un motor para elevar el calor hacia el norte», explica.
Mismo expertos indican que las olas de calor no son nada nuevo; han existido incluso antes de que apareciera el hombre. Y en la naturaleza tienen incluso un efecto «beneficioso», ya que ayudan a trasladar el calor y por tanto, la energía desde el ecuador hacia los polos.
Sin embargo, el problema radica en que la acción humana sobre el planeta las está haciendo cada vez más frecuentes y muchas naciones, como las europeas, no están preparadas para ello.