* Se queja arzobispo argentino Héctor Aguer.
Buenos Aires.- El arzobispo argentino Héctor Aguer se quejó de las limosnas «miserables» que dejan los fieles y justificó así el presupuesto de 6.5 millones de dólares que destina el gobierno al pago de salarios de la Iglesia católica.
«La Iglesia no podría prescindir de eso, es un aporte importante, porque existe una deseducación entre los fieles católicos, que aportan muy poco. La limosna que se recibe en la misa es una colecta miserable», dijo Aguer.
El arzobispo, quien es conocido en Argentina por desatar frecuentes polémicas, explicó que su salario personal asciende a 40 mil pesos argentinos (alrededor de dos mil dólares).
Agregó que dichos ingresos los gasta «en darle a los pobres, tengo clientes fijos y sacerdotes a los cuales les falta y también pequeñas cosas mías».
En medio de los reclamos de un sector social para retirarle fondos para pagos de salarios a la Iglesia católica, Aguer precisó que «si me rebajan o quitan ese dinero me arreglaré como pueda».
Sin embargo, advirtió que en Argentina «hay una razón histórica muy fuerte que tiene que ver con el hecho, también histórico, de que la mayoría del pueblo argentino es bautizado en la Iglesia católica».
En ese sentido, recordó que la Constitución argentina establece una vía intermedia entre el estado confesional y el laico que permite el otorgamiento presupuestario para fomentar y favorecer el culto católico.
A pesar de sus quejas contra las magras limosnas recolectadas en las iglesias y en las misas, el arzobispo señaló que si el Estado elimina recursos «entonces los católicos se darán cuenta que deben sostener ellos a la Iglesia».