Redacción
El mexicano Manuel Guerrero Aviña, quien vivió en Qatar durante los últimos siete años trabajando para Qatar Airways, salió hoy, 12 de agosto de 2024, de manera definitiva de ese país árabe para dirigirse a la Ciudad de México. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), liderada por Alicia Bárcena, informó sobre su partida, tras un proceso en el que Guerrero Aviña solicitó la intervención del gobierno mexicano debido a las violaciones de derechos que enfrentó durante su detención en febrero.
Guerrero Aviña, quien también tiene nacionalidad británica, abordó un vuelo en el Aeropuerto Internacional Hamad con destino a Londres, donde permanecerá unos días para una revisión médica antes de continuar su viaje a la Ciudad de México. El proceso para su salida de Qatar concluyó con la asistencia de personal diplomático de las embajadas de México y Reino Unido, quienes lo acompañaron hasta su vuelo.
El domingo, Manuel Guerrero Aviña finalizó los trámites necesarios ante las autoridades qataríes, con el apoyo de diplomáticos mexicanos y británicos. Posteriormente, se reunió con el embajador de México en Qatar, Guillermo Ordorica Robles, para agradecer las gestiones que permitieron su salida del país.
La SRE y la embajada mexicana en Qatar expresaron su gratitud al gobierno británico por su colaboración en la protección y bienestar de Guerrero Aviña durante todo el proceso.
Manuel Guerrero Aviña había sido detenido el 4 de febrero de este año en Qatar, acusado de posesión de drogas. No obstante, su familia y la organización de derechos humanos FairSquare denunciaron que su arresto estuvo relacionado con su orientación sexual, ya que forma parte de la comunidad LGBTTT. Según la familia, la detención se llevó a cabo tras una trampa en la que las autoridades habrían sembrado una pequeña cantidad de droga.
En marzo, Guerrero Aviña obtuvo libertad condicional. Un mes después, en abril, dirigió una carta a la canciller Alicia Bárcena, solicitando la intervención del gobierno mexicano en su caso, donde expuso las violaciones a sus derechos, incluido el acceso negado a su tratamiento retroviral, siendo él portador de VIH, así como actos de tortura y maltrato por parte de las autoridades qataríes. Ante esta situación, solicitó apoyo para su repatriación, con el fin de preservar su integridad física y su vida.
