* Afirmó Marcelo Ebrard.
Madrid.- La política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia América Latina y los hispanos en el país «requiere de una reacción cultural iberoamericana» que lo confronte, afirmó aquí el exjefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard.
Al participar en el panel «El papel de los países iberoamericanos frente a la administración Trump» organizado por Casa de América en Madrid, destacó que «hay que acelerar las formas de diálogo latinoamericanas e iberoamericanas sobre esto que ocurre».
En el panel en que participaron los exministros de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, y de Brasil, Celso Amorim, consideró que este nuevo escenario obliga a «salir de la zona de confort y métodos tradicionales de reacción».
Subrayó que actualmente en Estados Unidos hay más problemas para la comunidad mexicana, que en muchos lugares sufren por hablar español y ante el racismo creciente al amparo de la política de Trump, lo que constata en su trabajo con estos grupos en California.
En el evento moderado por el periodista español José María Forté consideró que el muro no es sólo respecto de la migración mexicana, sino «es en contra del sur, una protección frente a todos los países de América Latina».
Descartó que México vaya a poder revertir ese tipo de políticas y cambios generados por Trump, debido a que tiene la renegociación del Tratado de Libre Comercio encima y las elecciones de 2018, lo que acorta su margen de maniobra.
Interrogado sobre cómo la figura de Trump puede influir en los comicios presidenciales en México, dijo que «la tentación está en usar ese tema con objetivos de política electoral», tal como se convirtió el tema de Venezuela por el actual gobierno «para decir que la izquierda es un peligro para México».
Para el exministro español Estados Unidos no tiene desde hace varios gobiernos una política hacia América Latina y en ese sentido «es una oportunidad que por fin no se dicte lo que hay que hacer y actuar como región».
Moratinos sostuvo que España tiene la responsabilidad da movilizar a sus socios europeos para que la agenda latinoamericana esté entre sus prioridades, mientras que en el G-20 los tres países latinoamericanos deben unificar posturas de cara a los efectos de las políticas de Trump.
Propuso «trabajar ya el concepto de ciudadano iberoamericano, que goce de derechos, libertades y responsabilidades», actuar junto con la UE en una respuesta en materia de cambio climático y mejorar los acuerdos comerciales.
Amorim descartó que se pueda lograr un acuerdo comercial único en la comunidad iberoamericana, debido a las grandes diferencias entre los países, pero en cambio sí se pueden impulsar cambios en el contexto internacional para fortalecerse en el mundo.
Refirió que la próxima Cumbre Iberoamericana debe discutir sobre estos problemas, como la situación de México y el muro, Cuba y la democracia ante el efecto Trump, y buscar tener una visión activa de la solidaridad internacional.