* Presidente de Brasil enfrenta nueve
peticiones de juicio político.
Río de Janeiro.- Al menos nueve peticiones de juicio político contra el presidente de Brasil, Michel Temer, han sido presentadas desde que se revelaron acusaciones en su contra la semana pasada, pero el mandatario asegura tener apoyo del Legislativo y rechaza abandonar el poder.
Los diputados de la oposición de izquierda a Temer presentaron la mayoría de pedidos de ‘impeachment’, en manos del presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, un aliado del jefe del Estado y que, por lo tanto, no se espera que les dé trámite.
Sin embargo, la presión por el nuevo escándalo de millonarios sobornos y financiación ilegal de partidos y políticos también crece entre la sociedad civil, que asiste atónita a la revelación de actos ilícitos por parte de su élite gobernante.
Para el próximo miércoles están previstas manifestaciones en Brasilia, a fin de pedir la renuncia del mandatario.
Por su parte, la Orden de Abogados de Brasil (OAB), institución que agrupa a los juristas del país, anunció este lunes que protocolizará un pedido para la apertura de juicio político a Temer, ante su situación «insostenible» después de que se reveló su conversación con el empresario Joesley Batista.
Temer, investigado por la Fiscalía por corrupción, obstrucción a la Justicia y pertenencia a organización criminal, focalizó su defensa pública en el descrédito de Batista -dueño de JBS, la mayor empresa productora de carne del mundo, y huido a Estados Unidos-, así como en cuestionar la validez de la grabación.
En una rueda de prensa celebrada esta tarde, Gustavo Guedes, abogado de Temer en esta causa, dijo que existen «situaciones gravísimas encontradas en esos audios», que el mandatario sospecha fueron editados para sobredimensionar sus declaraciones en la conversación mantenida con Batista en marzo.
La grabación, de unos 38 minutos, fue realizada por Batista de forma secreta cuando visitó al presidente en su residencia oficial una noche de marzo, sin que la cita apareciera en la agenda oficial del mandatario.
En ella, Batista enumera una serie de ilegalidades (compra de jueces, diputados y ministros), y Temer responde a alguna de ellas diciendo «¡óptimo!».
Asimismo, Temer apoya a Batista en su iniciativa de pagar al expresidente del Congreso, Eduardo Cunha, condenado a 15 años por corrupción, para comprar su silencio, pues el «verdugo» político de Dilma Rousseff podría revelar comprometedoras informaciones sin concluir un acuerdo de delación con la Justicia.
Temer, quien llegó al poder en mayo del año pasado y en pocas semanas perdió a varios ministros por revelaciones de corrupción, enfrenta ahora su peor crisis, ante la amenaza de que la inestabilidad política pueda poner freno a la recuperación económica y ello diluya su coalición gubernamental.
«No estoy perdido», dijo el presidente, en entrevista publicada este lunes en el diario Folha de Sao Paulo, y reiteró «voy a continuar».
Sin embargo, el Tribunal Superior Electoral (TSE) podría anular el mandato de Temer el próximo mes, cuando juzgará, en el marco de una acción judicial iniciada en octubre de 2015, si usó dinero ilícito procedente de la corrupción destapada por la Operación Lava Jato para sufragar gastos de la campaña presidencial conjunta con Rousseff, de quien fue vicepresidente.
El juicio se encuentra en su fase final y, tras ser aplazado en abril para reunir más pruebas, fue marcada la próxima audiencia para el 6 de junio.
El sumario está bajo secreto de la Justicia, pero algunas filtraciones señalan que tanto el juez instructor del caso como el fiscal electoral recomendaron la anulación del mandato de Temer y la inhabilitación política de Rousseff por ocho años.
Si la mayoría de los siete jueces del TSE votan a favor de la anulación del mandato, Temer perdería la presidencia y la Cámara Baja elegiría en comicios, aún por definir si directos o indirectos, un nuevo presidente para dirigir al país hasta las elecciones generales de 2018.
No existe un plazo previsto para emitir un veredicto al respecto, pero algunos expertos señalan que las revelaciones de la semana van contra los intereses del presidente en el TSE.
