Redacción
Este fin de semana marca el renacimiento de Notre Dame, luego de más de cinco años de arduas labores de reconstrucción tras el devastador incendio de 2019. Las ceremonias, que se celebrarán el sábado y domingo, tendrán un carácter exclusivo, con acceso restringido a solo personas invitadas y residentes locales, para garantizar la seguridad en un evento de gran relevancia.
La seguridad será un aspecto central durante todo el evento, con medidas similares a las implementadas durante los Juegos Olímpicos de París. La policía ha establecido un riguroso perímetro de seguridad que cerrará el acceso a la Île de la Cité, donde se encuentra la catedral, limitando la presencia de turistas en la zona. Solo aquellos que participen en las ceremonias y los residentes tendrán acceso a este emblemático sitio.
En el marco de las celebraciones, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, presidirá una misa de reapertura en la que realizará un acto simbólico al golpear las puertas cerradas de Notre Dame, marcando así su reactivación. Además, se reactivará el famoso órgano de la catedral, que fue gravemente afectado por el fuego. Su restauración ha sido meticulosa, con cada uno de los 8,000 tubos restaurados y reajustados para devolverle su esplendor. El presidente francés, Emmanuel Macron, también estará presente, acompañado de más de 50 jefes de Estado y gobierno.
El evento contará con un espectáculo musical de gran envergadura. Después del servicio religioso, artistas internacionales como los cantantes de ópera Pretty Yende y Julie Fuchs, el pianista Lang Lang, el chelista Yo-Yo Ma y otros ofrecerán un concierto en honor a la catedral y a aquellos que contribuyeron a su reconstrucción. Este espectáculo se transmitirá a los invitados especiales y a quienes participaron en la restauración del monumento.
La seguridad continuará siendo una prioridad durante todo el fin de semana. A partir del sábado por la tarde, un cordón de seguridad sellará la Île de la Cité, parte de la orilla sur del Sena y varios puentes cercanos, impidiendo el acceso a comercios y tours turísticos en la zona. También se habilitarán áreas de visualización pública para que los espectadores puedan seguir los eventos en pantallas gigantes, con capacidad para 40,000 personas.
El domingo, la celebración continuará con una misa inaugural, en la que el arzobispo de París consagrará el nuevo altar de la catedral. La ceremonia contará con la presencia de casi 170 obispos y sacerdotes de diversas regiones, y finalizará con un “bufé fraternal” dirigido a los más necesitados. Este fin de semana de celebraciones marcará no solo la recuperación de un símbolo cultural, sino también la unidad y la esperanza de una nación.
