Redacción
Investigadores austríacos han desarrollado una nueva prueba para detectar el cáncer de útero, con el objetivo de reducir la necesidad de procedimientos quirúrgicos y minimizar los falsos positivos en el diagnóstico.
La prueba, llamada WID-qEC, se basa en pruebas epigenéticas que analizan cambios en los genes para prevenir de manera personalizada, predecir riesgos y detectar tempranamente el cáncer de útero. Fue desarrollada por el European Translational Oncology Prevention and Screening Institute (EUTOPS) en colaboración con la Universidad de Innsbruck y financiada por fondos públicos austríacos, la fundación británica The Eve Appeal y el Consejo Europeo de Investigación.
El examen se lleva a cabo en mujeres mayores de 45 años que presentan sangrados vaginales anormales. Se toma una muestra cervicovaginal para realizar una metilación del ADN, un proceso que permite detectar si los genes tienen cambios relacionados con el desarrollo del cáncer debido a la interacción con el entorno. Los resultados se obtienen en cuestión de días.
Para verificar la eficacia de la prueba, se realizaron procesos estándares adicionales después de tomar la muestra, como ecografías uterinas y, en casos necesarios, biopsias. La nueva prueba detectó cáncer de útero en doce de las mujeres participantes, el mismo número de casos que se reconocieron a través de los métodos tradicionales.
Sin embargo, la principal ventaja de la prueba WID-qEC es que habría evitado aproximadamente el 90% de los procedimientos quirúrgicos de diagnóstico, que solían ser invasivos y estresantes para las mujeres con sangrado inusual, como histeroscopias y raspados uterinos. Según el estudio, esta novedosa prueba ofrece resultados rápidos y un mejor rendimiento que las ecografías.
El cáncer de útero es el cuarto cáncer más común en las mujeres, y el virus del papiloma humano (VPH) desempeña un papel importante en su desarrollo. La detección temprana es clave para el tratamiento exitoso y la alta tasa de recuperación.