Redacción
Estados Unidos y Canadá tomaron la decisión de desplegar una patrulla aérea de combate en el Ártico tras detectar la presencia de aviones rusos en las proximidades de su espacio aéreo. La operación fue realizada bajo la supervisión del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), que se encargó del seguimiento de la actividad sin considerar la situación como una amenaza.
El despliegue se llevó a cabo a inicios de la semana en curso e incluyó, por parte de Estados Unidos, la participación de dos aviones de combate F-35, un avión de reconocimiento E-3 (AWACS) y dos aviones de reabastecimiento KC-135. Por su parte, Canadá contribuyó con dos aviones CF-18 y un avión de reabastecimiento adicional.
Adicionalmente, dos aviones F-16 fueron enviados a Groenlandia como parte de los acuerdos establecidos con el territorio. Esta acción se enmarca dentro de la cooperación entre los países aliados para garantizar la seguridad en la región ártica, manteniendo un monitoreo constante ante cualquier actividad inusual.
Según la información proporcionada por el NORAD, los aviones rusos permanecieron en el espacio aéreo internacional sin ingresar en las zonas de identificación de defensa aérea de Alaska o Canadá, ni en su espacio aéreo soberano. Este tipo de operaciones busca disuadir cualquier posible incursión y reafirmar el control sobre los límites territoriales.
La maniobra realizada por las fuerzas aéreas de ambos países tuvo como objetivo reforzar la vigilancia y el control sobre su territorio, garantizando la seguridad en la región ártica sin que se generara un incidente de mayor escala. La cooperación entre Estados Unidos y Canadá en estos operativos refleja su compromiso con la defensa de su soberanía y la estabilidad en el hemisferio norte.