Redacción
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, anunció la orden de iniciar una investigación formal de juicio político contra el presidente Joe Biden debido a los negocios de su familia.
McCarthy alega que la investigación reveló una «cultura de corrupción» relacionada con la familia Biden.
Este movimiento de McCarthy se produce en medio de una creciente presión por parte de la facción más conservadora de su partido, que exige medidas enérgicas contra Biden. McCarthy planea sostener reuniones a puertas cerradas con legisladores para discutir el juicio político a Biden y otros asuntos, mientras enfrenta dificultades para aprobar proyectos necesarios para evitar un cierre del gobierno.
La situación coloca a McCarthy en una encrucijada, ya que debe equilibrar las demandas de su ala derecha y evitar su propia destitución del cargo.
Aunque inicialmente había prometido que el juicio político solo se llevaría a cabo con un voto previo del pleno de la Cámara de Representantes, McCarthy dio inicio al proceso unilateralmente debido a la falta de apoyo dentro de su propio partido.
La Casa Blanca calificó la campaña por el juicio político como motivada por razones políticas y ha instado a McCarthy a no ceder a las demandas de los legisladores de extrema derecha que amenazan con un cierre del gobierno si no se inicia el juicio político.
Sin embargo, la oposición al procedimiento proviene no solo de los demócratas, sino también de republicanos moderados como el senador John Thune, quien argumenta que el enfoque correcto es ganar elecciones para cambiar la dirección del país.
Al contraste aparecen nombres como el de el expresidente republicano Donald Trump que enfrentó dos juicios políticos en la Cámara de Representantes, pero fue absuelto en el Senado. Actualmente, Trump enfrenta juicios bajo cargos más graves en cuatro tribunales por intentar anular la elección de 2020, que fue ganada por Biden, entre otras acusaciones.
