Redacción
Donald Trump ha trazado las líneas generales de su agenda para un segundo mandato, con un enfoque decidido en fortalecer el poder ejecutivo y aplicar políticas conservadoras en áreas clave como la inmigración, la economía y los derechos civiles. Aunque ha evitado entrar en detalles profundos en algunos aspectos, sus propuestas sugieren una continuación de las políticas de su primer mandato, con un giro hacia medidas más estrictas y centralizadas.
En el tema de la inmigración, Trump ha prometido implementar un plan de “deportación masiva” usando la Guardia Nacional y reforzando a las fuerzas policiales locales. Además, ha propuesto eliminar la ciudadanía por nacimiento y reinstaurar políticas como “Permanecer en México”. Estas medidas no solo buscan frenar la migración ilegal, sino también limitar la inmigración en general, especialmente desde países de mayoría musulmana.
En cuanto a los derechos civiles, Trump ha mostrado una clara intención de retroceder en las políticas de diversidad y las protecciones para las personas LGBTQ+. Su propuesta incluye eliminar programas de diversidad e inclusión en instituciones federales y revertir las protecciones de derechos transgénero, como las que extienden el Título IX a los estudiantes trans. Este enfoque también se refleja en su crítica a los contenidos que considera «progresistas» en la educación.
En el ámbito económico, Trump planea extender su reforma fiscal de 2017, con un enfoque en reducir los impuestos a las grandes corporaciones y a los más ricos. Esto implicaría bajar la tasa impositiva corporativa del 21% al 15% y eliminar los aumentos de impuestos impuestos por la administración Biden. En cuanto al comercio, se compromete a imponer aranceles de hasta un 20% sobre productos extranjeros y a restringir las compras de infraestructuras clave por parte de empresas chinas.
En energía y medio ambiente, Trump mantiene su postura contra las políticas climáticas de Biden. Su propuesta se centra en la expansión de la producción de combustibles fósiles, abriendo tierras federales para la exploración y eliminando las regulaciones sobre eficiencia energética. Aunque no se opone a los vehículos eléctricos, planea eliminar los incentivos federales que fomentan su desarrollo y revertir las normas de eficiencia de combustible.
En el ámbito de la educación, Trump propone eliminar el Departamento de Educación y usar los fondos federales para presionar a los estados a eliminar programas de Teoría Crítica de la Raza y otros contenidos que considera inapropiados en las aulas. Además, en la educación superior, busca controlar los procesos de acreditación y destinar recursos confiscados de universidades a crear una «Academia Americana» en línea, que ofrecería credenciales universitarias sin matrícula.
En política exterior, Trump adoptaría una postura más aislacionista, enfocándose en la expansión del ejército y evitando la intervención militar en conflictos internacionales. Promete también un enfoque más proteccionista en las relaciones con aliados y adversarios, manteniendo una postura crítica hacia la OTAN y favoreciendo relaciones cercanas con líderes autoritarios, como Vladimir Putin y Viktor Orbán.
En resumen, un segundo mandato de Trump se centraría en consolidar el poder presidencial, revertir muchas de las políticas progresistas de la administración Biden y aplicar un enfoque conservador y proteccionista en temas clave como la inmigración, la economía y la educación. Aunque muchos detalles siguen siendo vagos, su propuesta refleja un deseo de reformar profundamente varias áreas del gobierno y la sociedad estadounidense.
