Redacción
Lahaina, la antigua capital de Hawái, yace ahora en ruinas, devastada por un feroz incendio que redujo la ciudad a escombros en tan solo cuatro horas. Este incendio se perfila como uno de los más letales en la historia reciente de Estados Unidos, con un saldo de al menos 89 muertos y cerca de mil desaparecidos. A pesar de que los residentes pudieron regresar brevemente para recuperar algunas pertenencias, las llamas consumieron gran parte del legado histórico de la ciudad. Las estimaciones oficiales calculan que la reconstrucción costará más de 5.000 millones de dólares.
Lahaina, ubicada en el noroeste de la isla de Maui, era un lugar con una dualidad distintiva. Por un lado, un puerto turístico pintoresco, atrayendo a cientos de miles de visitantes anuales con su sol brillante (Lahaina significa «sol cruel» en la lengua local), comercios vibrantes y exquisita oferta gastronómica. Pero también desempeñaba un papel vital como enlace con el pasado del archipiélago, abarcando desde su historia independiente hasta su era colonial, formando un pilar fundamental de la identidad hawaiana.
La historia de Lahaina abarca siglos y revela su relevancia en la historia de Hawái. Fue un lugar favorito de los reyes de Maui, y el monarca Kamehameha la eligió como su corte tras unificar el archipiélago hawaiano. En el siglo XIX, Lahaina incluso fue designada capital de Hawái.
La ciudad albergaba edificios históricos y museos que custodiaban reliquias de épocas pasadas. El museo de Historia, ubicado en los antiguos juzgados, presentaba elementos de la era previa al contacto con los exploradores occidentales. El edificio más antiguo, conocido como la casa Baldwin, simbolizaba la llegada de los primeros misioneros y ahora servía como museo y centro de difusión de la cultura hawaiana. Además, el museo Wo Hing, un pequeño edificio de madera construido por inmigrantes chino-hawaianos, contenía la historia de esta comunidad. El cementerio de la iglesia Waiola era la morada final de reyes, reinas y líderes hawaianos.
Un ícono de Lahaina, un baniano traído de la India hace 150 años y considerado el árbol más antiguo de la isla, se alzaba majestuoso. Su sombra había sido testigo de la transformación del archipiélago, desde un reino independiente a territorio estadounidense y luego a Estado de la Unión en 1959. Aunque el árbol sobrevivió, su follaje chamuscado y las ramas dañadas plantean incertidumbre sobre su futuro.
El incendio ha dejado solo ruinas y cenizas. Los vientos impulsados por un huracán distante propiciaron la rápida propagación del fuego, destruyendo reliquias que no pudieron ser rescatadas a tiempo. El icónico hotel Pioneer Inn, con 122 años de historia y que había albergado a autores notables como Mark Twain y Jack London, también quedó en el olvido.
El incendio ha dejado a la comunidad local en duelo por la pérdida de su historia y cultura. La directora de la Fundación para la Restauración de Lahaina, Theo Morrison, lamenta la fragilidad de las estructuras históricas que fueron arrasadas por las llamas. Aunque algunos documentos estaban digitalizados, la esencia de los edificios históricos es irremplazable.
La población autóctona hawaiana, particularmente afectada, enfrenta un desafío adicional. Aunque representan el 10% de los residentes de Maui, constituyen el 50% de las personas sin hogar debido a la transformación de sus tierras en plantaciones y hoteles turísticos. La reconstrucción requerirá un enfoque inclusivo que respalde a estas comunidades.