Redacción
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado que el 4 de marzo comenzarán a aplicarse los aranceles del 25% a productos importados desde México y Canadá. Esta medida, anunciada inicialmente en febrero, había sido suspendida durante un mes para negociar una mayor cooperación entre los tres países en temas como migración, narcotráfico y seguridad nacional.
Sin embargo, Trump descartó la posibilidad de que se llegara a un acuerdo para evitar los aranceles y aseguró que se implementarán tal como se había planeado.
El impacto de los aranceles se reflejará principalmente en sectores clave como la agricultura. México es uno de los principales proveedores de productos agrícolas a Estados Unidos, especialmente frutas, hortalizas y otros alimentos. Por lo tanto, las nuevas tarifas podrían generar un aumento en los costos de exportación y alterar las cadenas de suministro entre ambos países, lo que afectaría a productores y consumidores en ambos lados de la frontera.
Además, Trump adelantó que a partir del 2 de abril impondrá aranceles adicionales a las importaciones de productos agrícolas. Aunque no especificó qué productos serán afectados, esta medida podría aumentar aún más la presión sobre los productores mexicanos. El mercado estadounidense es un destino clave para las exportaciones agrícolas de México, por lo que cualquier aumento en los aranceles podría perjudicar a los agricultores que dependen de estas ventas.
Con esta serie de medidas, Trump refuerza su estrategia proteccionista, utilizando los aranceles como una herramienta de presión para obtener concesiones en otros temas, como migración y seguridad.
Este enfoque ha sido una constante durante su presidencia y ha generado reacciones tanto a nivel nacional como internacional, ya que las políticas comerciales de Estados Unidos afectan a una gran cantidad de países, especialmente aquellos con los que tiene acuerdos comerciales cercanos.