Redacción
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, mostró su intención de recurrir a los recursos militares para llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados una vez asuma la presidencia en enero de 2025. En un mensaje compartido a través de su red social Truth Social, Trump respaldó las declaraciones de Tom Fitton, líder del movimiento conservador Judicial Watch, quien sugirió que la administración entrante declararía una emergencia nacional para activar los recursos del Ejército en esta operación.
El mensaje de Fitton, compartido por Trump, indicó que la administración del republicano estaría lista para declarar una emergencia nacional. Esto permitiría el uso de activos militares para poner en marcha un programa masivo de deportaciones de personas en situación irregular, un tema central de su campaña presidencial. Según Fitton, esta medida sería una respuesta a lo que él considera una «invasión» de inmigrantes bajo la administración del presidente saliente, Joe Biden.
Trump ha reiterado su promesa de deportar a alrededor de 11 millones de personas que viven y trabajan sin estatus legal en el país. Según estimaciones de Axios, la aplicación de su propuesta afectaría a aproximadamente 20 millones de personas, considerando los efectos sobre las familias de los inmigrantes indocumentados.
El enfoque de Trump en la inmigración también se reflejó en los nombramientos recientes de su equipo de política migratoria. Tom Homan, conocido por su papel en la implementación de la política de «tolerancia cero» durante el primer mandato de Trump, fue designado como responsable de esta área. Homan es conocido por su involucramiento en la controvertida separación de familias migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, una política que desató fuertes críticas internacionales.
Además, Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur, fue seleccionada para ser la próxima secretaria de Seguridad Nacional, cargo clave en la implementación de la política migratoria y la seguridad en las fronteras del país.
Bajo el liderazgo de Trump, la administración anterior implementó algunas de las políticas migratorias más estrictas en la historia reciente de Estados Unidos. La deportación de más de 432,000 personas en 2013, durante el mandato de Barack Obama, fue la mayor en la historia moderna, y sentó las bases para las políticas migratorias que Trump promovió en su primer mandato. La política de «tolerancia cero», que incluyó la separación de niños de sus padres, fue uno de los aspectos más controvertidos de la gestión migratoria de Trump.
A medida que se acerca la toma de posesión de Trump, su equipo de transición parece seguir centrado en su agenda de inmigración, con un enfoque claro en endurecer las políticas de control fronterizo y aplicar medidas drásticas contra la inmigración ilegal. Las implicaciones de estas políticas podrían ser de gran alcance, afectando a millones de familias y generando un intenso debate sobre los derechos humanos y la seguridad nacional en el país.
