- Separador celular para el tratamiento de enfermedades autoinmunes
permite a pacientes reducir el tiempo de recuperación.
El Centro Médico “Lic. Adolfo López Mateos”, del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), es el único nosocomio público de la entidad que cuenta con un separador celular, utilizado para limpiar la sangre de componentes considerados responsables de las enfermedades autoinmunes, hematológicas o neurológicas, lo que ayuda a reducir tiempos de recuperación de los pacientes, mejorar su calidad de vida y disminuir costos en tratamientos.
José Rogel Romero, director general de este nosocomio, explicó que esta tecnología representa una alternativa terapéutica encaminada al tratamiento de alrededor de 55 padecimientos diferentes, en las que el procedimiento convencional (fármacos o cirugía) no ha obtenido los resultados esperados.
“Esta rápida y eficaz técnica de separación celular también beneficia en los tiempos de recuperación de los pacientes, permanecen menos tiempo intubados, lo que mejora su calidad de vida y reduce considerablemente los costos de tratamiento de una enfermedad”, dijo.
Rei Franco Vargas, jefe del Banco de Sangre del nosocomio, puntualizó que la máquina tiene diversas funciones, entre ellas, reducir la carga de sustancias patológicas a niveles que permitan mejorar la salud del enfermo, al retirar de la circulación las células dañadas, mediante la extracción de sangre.
“Durante el procedimiento se conecta al paciente por vía venosa, a la máquina donde la sangre es separada por centrifugación en sus distintos componentes según su densidad en plasma, plaquetas, glóbulos rojos o leucocitos. El componente elegido por el médico es recogido en una bolsa especial y las células restantes se devuelven al donante o paciente sin daño alguno”, explicó.
Abundó que con esta terapia pueden tratar los síndromes de Guillain-Barre o miastenia gravis, enfermedades en las que el sistema inmunológico ataca las células sanas por error.
Así como, envenenamientos, leucemia, esclerosis múltiple, trombocitosis, fallo renal agudo y a pacientes que serán trasplantados, con el objetivo que su cuerpo no rechace el órgano implantado.
“En un hospital privado cada sesión tiene un costo aproximado de 20 a 25 mil pesos y, dependiendo de cada enfermedad, son las terapias que el paciente necesita, hay algunos que requieren hasta 40”, agregó.
Detalló que este separador celular es de última generación y cuenta con la tecnología para atender diferentes enfermedades catalogadas como graves, por lo que se pretende beneficiar a alrededor de 30 mexiquenses mensualmente.