Alelhi Rodríguez
El color naranja predomina en las tumbas de los panteones ubicados en la zona norte del municipio de Toluca. Cada 28 de septiembre, habitantes de las comunidades otomíes de San Pablo Autopan, San Andrés Cuexcontitlán y San Cristóbal Huichochitlán asisten a adornar los sepulcros.
‘Muertos chiquitos’ es como han apodado esta tradición, heredada por generaciones atrás. La creencia en esta región otomí es que las almas de niñas y niños llegan un mes antes que el 1 y 2 de noviembre.
Hay pobladores que aseguran, el espíritu de quienes murieron en un accidente, también arriban este día.
En el acceso al panteón de la comunidad de San Cristóbal Huichochitlán, se encuentra la efigie de San Miguel Arcángel. Dos feligreses lo custodian; es parte de las vísperas a su día.
María de los Ángeles Hernández, acudió a este camposanto a dejar flor a su hija que no nació, dijo. Pétalos de cempasúchil y un arreglo de rosas rojas adornan su tumba.
“La mayoría de las personas que vivimos aquí, seguimos con esta tradición”, añadió.
Cómo ella, decenas de familias, llegaron a estos lugares de descanso para honrar la memoria de los fieles difuntos.
Este jueves, la figura del arcángel será llevada a la Parroquia de la comunidad, donde tocarán las mañanitas y luego una celebrarán una misa por su día, que se conmemora este 29 de septiembre.
