Rafael Rodríguez
Irma “N” recibió la amnistía después de pasar 18 años en prisión, cumpliendo una condena de 45 años. Fue beneficiaria de un pronunciamiento emitido por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), la cual tiene la facultad de otorgar amnistía según la Ley de Amnistía de la entidad.
Tras investigar su caso, la CODHEM consideró que Irma era una mujer en situación de vulnerabilidad y discriminación, víctima de violencia psicológica, física, sexual y económica por parte de su concubino y sin contar con redes de apoyo para salir de ese círculo.
El organismo defensor actualizó las categorías sospechosas derivadas de su género y los estereotipos normativos que producen desigualdad y reproches hacia las mujeres por la transgresión de los roles asignados al género femenino, así como por la normalización de machismos cotidianos que disminuyeron las posibilidades de Irma de concretar su proyecto de vida, mejorar la calidad de vida de su familia, romper con el ciclo de violencia y, finalmente, ser juzgada con menor rigor.
Durante el proceso penal de Irma, se vulneraron sus derechos a una defensa adecuada y a la libertad personal, ya que no contó con una persona defensora ni pública ni privada para asistirla, lo que tuvo como consecuencia una confesión autoincriminatoria.
Además, se omitió considerar el tipo penal de homicidio atenuado, conocido como infanticidio, cometido principalmente por madres jóvenes, en su mayoría sin patologías psiquiátricas, en contextos adversos, tales como embarazo no deseado, dificultades financieras y problemas maritales, el cual otorgaba una penalidad de tres a cinco años de prisión, muy distante de los 45 años que le fueron impuestos.
La CODHEM, en un ejercicio institucional de empatía y sororidad con las mujeres víctimas de violencia por parte de su pareja, analizó la exclusión por contexto diferenciado que debió ser considerada en el caso de Irma, ante su condición de vulnerabilidad y carencia de redes de apoyo.
