Redacción
El pleno de la Cámara de Diputados aprobó dos dictámenes orientados a modificar el diseño y las características de las monedas de 10 y 20 pesos, con el fin de modernizar su producción y facilitar su uso en circulación. Las reformas, avaladas por amplia mayoría, se integran a la actualización de la Ley Monetaria y fueron turnadas al Senado para su revisión constitucional.
Con 395 votos a favor y 66 en contra, la Cámara avaló que la moneda de 20 pesos cuente con un diseño estándar adicional a los modelos conmemorativos. El motivo central será el Templo de Kukulkán, ubicado en Chichén Itzá, zona arqueológica declarada patrimonio cultural por la Unesco y uno de los principales referentes de la civilización maya. El reverso incluirá el símbolo “$20”, la leyenda “VEINTE PESOS”, el año de acuñación, la ceca “Mo” y elementos de seguridad ampliados.
Entre los mecanismos de seguridad, el dictamen establece la incorporación de microtexto con la leyenda “CHICHÉN ITZÁ, TEMPLO DE KUKULKÁN – PATRIMONIO CULTURAL” y una imagen latente del numeral 20. Además, se precisó que tanto el símbolo “$20” como la denominación escrita serán de mayor tamaño para facilitar su identificación, especialmente para personas adultas mayores y con discapacidad visual. La pieza tendrá forma dodecagonal y canto estriado discontinuo.
Respecto a la moneda de 10 pesos, los diputados avalaron agregar la opción de utilizar acero recubierto de níquel en la parte central, como alternativa para su manufactura. Esta modificación busca reducir costos de producción sin alterar la apariencia, dimensiones o grabados de la moneda, así como mantener su compatibilidad con clasificadores y equipos de pago automático.
El dictamen argumenta que el uso de materiales alternativos permitirá responder a variaciones en los precios de los metales y aprovechar tecnologías recientes que hacen más eficiente la acuñación, además de incorporar firmas electromagnéticas y otros elementos de seguridad. Las monedas actuales conservarán su poder liberatorio hasta que el Banco de México determine su retiro de circulación.
El Congreso expuso que estas reformas resultan necesarias para garantizar la viabilidad económica de la producción monetaria y, al mismo tiempo, preservar motivos culturales relevantes en piezas de uso cotidiano. El nuevo diseño de 20 pesos se suma a los ejemplares conmemorativos de esta denominación, que continúan vigentes dentro de la familia de monedas circulantes.
Ambos dictámenes forman parte de un proceso más amplio de actualización del sistema monetario nacional, en un contexto donde los cambios tecnológicos y las variaciones en los costos de materiales demandan ajustes para asegurar una producción sostenible y segura.
