REDACCIÓN
Sus manos se entrelazan fuertemente entre sí, tratando de hallar el consuelo que ha dejado tu partida. La mirada y los gestos que tan bien has de conocer, no pueden ocultar la rabia, la incertidumbre y la desesperación por no encontrarte. Ella, no descansará hasta saber que fue de ti.
Tú, tienes nombre. Eres padre, esposo, hijo. Tú, eres todos nosotros.
Ella, tiene nombre. Es madre, hija, esposa. Ella, es todos nosotros.
Un día, saliste de tu casa dispuesto a trabajar, a reír, a vivir. Ya no te dejaron volver. Ella afirma que “te tragó la tierra”, pues desde tu partida, no ha sabido nada de ti. Para el resto del mundo, dice, “es como si no existieras”, pero para ella, tú eras, eres y seguirás siendo, su razón para seguir en pie.
El paraíso del Golfo de México hace tiempo que dejó de serlo. Hoy, Veracruz se ha convertido en una de las entidades del país donde el tema de la desaparición de familiares, conocidos y amigos, se cuela todos los días en las pláticas en calles y oficinas.
La desaparición forzada y por particulares de personas, se han convertido en el calvario de las autoridades que hacen y no hacen nada para hallar soluciones y respuestas.
La realidad de ellas, ustedes, nosotros, ha golpeado fuertemente a los mexicanos, un pueblo que hace y no hace nada por reclamar lo que merece: vivir en paz y con la seguridad de siempre poder regresar a casa. Exigir ese derecho que ellas y ustedes no tuvieron y que, tal vez, nunca tendrán.
Tu historia, la de ella, la de nosotros, se cuenta por miles. La voces que a continuación se leerán, forman parte de los tres mil 600 casos de desapariciones en el periodo 2006-2016, que reportaba en 2017 la Fiscalía General del Estado de Veracruz. Una cifra que se queda corta, dirán ellas.
“El día que se lo llevaron fue un sufrimiento espantoso. Yo quiero ser feliz, a veces me pongo a pensar, me pongo a hacer oración y le pido a Dios que le dé la tranquilidad a mi ser, pero tengo como una aguja clavada en el corazón y no me la puedo sacar”, narra Celia, de 56 años.
Celia, quien es comerciante, es una de ellas. Bajita y de piel morena, es madre de Alfredo Román Arroyo García, quien desapareció el 18 de julio de 2011, en la localidad de Las Trancas, en Xalapa, Veracruz.
Alegre, emprendedor y recién titulado de Administración de Empresas, Alfredo era dueño de una ferretería, esposo y padre de tres hijos. Él, quien este año cumpliría 41, era ustedes.
Pareciese que fue ayer cuando saliste de tu casa en el municipio de Chiconquiaco, rumbo a Xalapa, por los mentados papeles de la camioneta que acabas de adquirir. No tenías que haber ido. Ese Beto (seudónimo) y “el Lito”, a quien le diste el “ride” (aventón en México), te engañaron, no iban por los papeles de la camioneta, te iban a desaparecer.
“’El Lito’ no me quería decir nada, pero yo lo acosé y lo acosé, hasta me dijo que me iba a demandar por el acoso, pero yo quería que me dijera qué había pasado, porque fue el único que se dio cuenta de los hechos.
“Me dijo, ‘se lo voy a decir sólo una vez y no se lo voy a volver a mencionar’. ‘El lito’ me contó que estaba por la Plaza las Américas, cuando mi hijo Alfredo venía en la camioneta con Beto, cuando se les atravesó otra camioneta, de la que bajaron dos hombres que los golpearon y se los llevaron”, describe Celia.
Para su pesar, Celia más tarde descubriría que la verdad de “El lito” era todo, menos eso.
Gracias al Colectivo Solecito de Veracruz, formado en 2016 por madres que buscan a sus hijos desaparecidos, descubrió que posiblemente Beto no fue secuestrado ese día, además de que “El Lito”, después de la desaparición de Alfredo, habría conservado el celular de este un mes después del secuestro. Ambos “parece que estaban coludidos”, piensa ella.
Asimismo, en el expediente de la Fiscalía General del Estado, encontró que entre los sujetos que aparecieron como presuntos partícipes de la desaparición, se encontraban policías estatales, aunque ella sospecha que autoridades municipales también tuvieron algo que ver en el hecho. Alfredo, habría sufrido una desaparición forzada.
“De ahí en adelante, cinco años anduve buscándolo y preguntando y haz de cuenta que se lo tragó la tierra, haz de cuenta que él jamás había existido”, menciona, al tiempo de señalar que desde 2016, gracias al Colectivo Solecito, su caso está siendo atendido por la Fiscalía. Celia, poco a poco, va descubriendo qué pasó con su hijo.
Según la página de Internet de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), la desaparición forzada se entiende como las acciones de “arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado”.
En Veracruz, se cuentan por miles las víctimas de desaparición forzada y por particulares de personas, las cuales tuvieron su pico más alto durante el mandato de Javier Duarte, a decir de Mayra Ledezma, titular de la Dirección de Cultura de Paz y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno del estado.
“Las desapariciones son de larga data, tiene su pico más alto durante el gobierno de Duarte y no sólo son desapariciones forzadas, sino también por particulares, y algo que sucedía era que la policía podía intervenir en una desaparición y entregaba a la persona al crimen organizado, que era una de las practicas que se dieron en el ‘duartismo’”, señaló en entrevista para Notimex.
Esta información es respaldada por cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), emitido por el Secretariado Ejecutivo de la Secretaría de Seguridad. Este registro, hasta el año pasado, difundía las estadísticas que ahora le corresponderá dar a conocer a la Comisión Nacional de Búsqueda.
Aunque con cifras más alejadas, incluso, que las tres mil 600 que reportaba en 2017 la Fiscalía General de Veracruz, el RNPED sustenta con datos consultables, el aumento de las desapariciones de personas (sin especificar si fueron desapariciones forzadas o por particulares) en el estado durante el gobierno de Javier Duarte (2010-2016), ante la falta de una base de datos y estadísticas por parte del gobierno de Veracruz.
“El tema de las cifras es que sigue siendo un problema para hablar de cuantos desaparecidos hay en Veracruz, o por año cuántos más o cuántos menos, es un fenómeno que empieza con Fidel Herrera (2004-2010), se agudiza con Duarte y se continúa también con Miguel Ángel Yunes (2016-2018), pero es la fecha que no tenemos el dato oficial de cuántos hay”, dijo Mayra Ledezma.
Según el RNPED, de 2006 al 2018, según cifras combinadas de carpetas de investigación del Fuero Común y Fuero Federal iniciadas por desaparición según entidad federativa que permanecen sin localizar, se presentaron 731 desapariciones, de las cuales 524 fueron denunciadas ante autoridades locales y 207 ante instancias federales.
Esta cifra tuvo su mayor auge de 2010 a 2016, con 485 carpetas (66.34 por ciento). Además, el año de mayor reporte de desaparición de personas se dio en el 2014, con 258 (35.29 por ciento).
Los municipios con mayores denuncias del 2006 al 2018, fueron: Xalapa, 160 (21.88 por ciento); Veracruz, 80 (10.94 por ciento); Córdoba, 33 casos (4.6 por ciento) y Coatzacoalcos, 21 (2.87 por ciento).
Asimismo, los varones reportados como desaparecidos en este mismo periodo, fueron 568 (77.70 por ciento) por 163 mujeres (22.29 por ciento). El rango de edad de los hombres fue de 15 a 42 años, mientras que el de las mujeres fue de 13 a 25 años.
Tú, padre, esposo, hijo, encabezas las cifras que no son 731, ni tres mil 600. Para ellas, éstas llegarían hasta los 15 mil desparecidos.
El paraíso se ha convertido en el inicio y final de la búsqueda por saber de ti.