Redacción
La tasa promedio de las hipotecas en México ha alcanzado un máximo desde diciembre del año pasado, llegando al 11.41% en agosto. Algunas instituciones bancarias han impuesto tasas máximas del 22.75%, un hito desde que se tiene registro en 2004, según el Banco de México (Banxico).
El aumento de las tasas se atribuye a la lucha contra la inflación liderada por Banxico, que ha elevado la tasa de referencia de 4.50% a 11.25% en los últimos años. Aunque las tasas hipotecarias se han elevado, la competencia, la falta de morosidad, el aumento en la cantidad prestada y las garantías ofrecidas han evitado un encarecimiento mayor.
A pesar de estos incrementos, las tasas hipotecarias en México aún duplican las de Estados Unidos, que llegaron al 7.41% la semana pasada, el nivel más alto en 22 años. Esta disparidad se debe a que los bancos estadounidenses se financian de manera más económica, tienen menos inflación y su población tiene un mayor poder adquisitivo.
Este aumento en las tasas de interés podría limitar la asignación de hipotecas en México, especialmente en proyectos de viviendas de interés social. En agosto, la banca comercial aumentó el crédito para viviendas medianas y residenciales en un 5.9%, pero redujo el dirigido a inmuebles de interés social en un 4.5%, según Banxico.
A nivel nacional, el precio promedio de las casas y departamentos con crédito hipotecario en la primera mitad del año fue de un millón 601 mil pesos, casi el doble de lo que costaban en 2018. La inflación en la industria de la construcción y el aumento de las tasas de interés son los principales factores que contribuyen al aumento de los precios de las viviendas en 2023, según la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
A pesar de los retos financieros, se espera que los precios de las viviendas sigan aumentando debido al déficit habitacional, la creciente demanda de los millennials y la mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, lo que significa una mayor demanda de viviendas.
Los costos de materiales de construcción como el cemento, el acero y la varilla también han aumentado más que la inflación, lo que contribuye al aumento de los precios finales de las viviendas, según Tinsa, una empresa de valuación y consultoría inmobiliaria.