Redacción
Luisa María Alcalde fue designada como la nueva dirigente nacional de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) durante el Séptimo Congreso Nacional del partido. Acompañada por Andrés Manuel López Beltrán como secretario de Organización, Carolina Rangel como secretaria general e Iván Herrera al frente de la Secretaría de Finanzas, Alcalde lidera un equipo que también incluye a Camila Martínez en comunicación, Aarón Enríquez como secretario de Jóvenes, Manuel Alejandro Robles para los mexicanos en el exterior y Manuel Zavala en movimientos sociales.
En su primer discurso como dirigente, Alcalde anunció que, a partir del 1 de octubre, los gobiernos morenistas firmarán un decálogo que establece, entre otros puntos, la prohibición del uso de la fuerza pública, excepto en situaciones relacionadas con la delincuencia organizada.
Asimismo, explicó que se llevarán al análisis las diez propuestas de la presidenta electa Claudia Sheinbaum y las recomendaciones del actual presidente Andrés Manuel López Obrador. Estas propuestas, junto con otras siete iniciativas de la nueva dirigencia, impulsarán reformas en los reglamentos del partido, en línea con los cambios aprobados en el congreso.
Al hablar sobre el retiro de López Obrador, Alcalde mencionó que concluye la primera etapa de la Cuarta Transformación. Mostró confianza en que el relevo generacional, bajo el liderazgo de Sheinbaum, mantendrá la continuidad del movimiento y responderá a las expectativas del pueblo mexicano.
El nuevo comité directivo, conformado por figuras como Carolina Rangel, Andrés Manuel López Beltrán e Iván Herrera, tiene como primera tarea la creación de un plan de trabajo en siete puntos. Este plan se basa en las directrices de López Obrador y en las reflexiones planteadas por Sheinbaum.
Finalmente, Alcalde señaló que el partido abrirá un proceso de afiliación y credencialización de militantes, con el objetivo de fortalecer la participación interna en la toma de decisiones. Subrayó la importancia de mantener la unidad, la honestidad y la humildad en el partido, así como de fortalecer instituciones clave como el Instituto Nacional de Formación Política y la Comisión de Elecciones, garantizando la transparencia en los procesos de selección de candidatos.