REDACCIÓN, México, 9 Dic.- Al asumir el compromiso de que para el año 2030 la totalidad de los envases de plástico deberán ser reutilizables, reciclables, compostables o aprovechables, México se pone a la vanguardia en el continente americano, con una tendencia similar a las metas fijadas por la Unión Europea, con las premisas de separación de residuos desde todos los puntos de generación, y la inversión para su tratamiento posterior.
El Acuerdo Nacional para la Nueva Economía de los Plásticos, firmado la semana anterior por los industriales y la Cámara de Senadores, tiene como metas para 2025 alcanzar una tasa de acopio de 70 por ciento de los envases de polietilenotereftalato (PET); de 30 por ciento en promedio de todos los plásticos, y que los nuevos plásticos a producir tengan 20 por ciento de material reciclado.
Asimismo, prevé, para 2030, que todos los empaques y envases sean ciento por ciento reutilizables, reciclables, compostables o aprovechables; una tasa de acopio de PET de 80 por ciento; 45 por ciento promedio de todos los plásticos, y que los nuevos plásticos tengan 30 por ciento de contenidos reciclados.
El “Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México” fue impulsado por diferentes grupos parlamentarios, empresas, organismos empresariales y asociaciones civiles, y se inspira en el Compromiso Global sobre la Nueva Economía de los Plásticos, firmado en octubre de 2018 en Bali.
En ese documento, las compañías que producen 20 por ciento de todos los envases plásticos se comprometieron y obtuvieron el respaldo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), y fue la base para el acuerdo en México.
El Acuerdo firmado en la Cámara Alta pretende impulsar de manera integral una economía circular para los productos plásticos, con el objetivo de mantenerlos dentro de la economía a través de su reutilización, reciclaje o aprovechamiento, en una acción de corresponsabilidad entre productores, comercializadores, consumidores y autoridades.
Además, busca homologar las regulaciones estatales, lograr la separación de los residuos desde su fuente de generación y desarrollar la infraestructura pública y privada para favorecer su aprovechamiento en la economía o su conversión en composta, dependiendo de sus características y usos.
Otra posibilidad que se prevé es el rediseño de los procesos productivos, para que gradualmente se eliminen los plásticos innecesarios y se reduzca su volumen.
El acuerdo fue firmado por más de 50 empresas, organizaciones empresariales y asociaciones, y se implementará por los productores y comercializadores de plásticos mediante un plan de manejo obligatorio para su seguimiento anual, que se presentará a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para su registro.
Los avances serán públicos y verificados cada 18 meses por un tercero acreditado y aprobado, en el marco de la Ley Federal de Metrología y Normalización.