POR Isidro O’SHEA
Hoy martes 03 de noviembre se juega uno de los partidos más competitivos de la democracia en el mundo, hoy los ciudadanos estadounidenses salen a las urnas a elegir a su próximo presidente; aunque muchos de ellos ya lo han hecho en los días previos, rompiendo así el record del voto por correo y el voto anticipado.
Si bien es cierto, que cada juego o cada elección es sumamente importante en la vida democrática, el juego de hoy lo es aun más. Sin lugar a duda es el enfrentamiento entre un representante de la democracia imperfecta, pero el mejor tipo de régimen político que conocemos hasta ahora, contra el principal representante de la demagogia, pero en particular del populismo, el populismo no solo como discurso, sino peor aun, como semilla de enfrentamiento hostil entre grupos de la sociedad.
Tanto ciudadanos como expertos coinciden en que las elecciones que hoy se juegan en nuestro vecino del norte, son las elecciones más importantes en su historia por el escenario que hoy se percibe de constantes amenazas contra la democracia.
Hoy a la vez, se percibe una ciudadanía común que se ha polarizado de manera afectiva, más allá de la polarización ideológica o bien de la misma polarización efecto de un sistema bipartidista.
Lo anterior para todo ciudadano es lamentable, independientemente de sus preferencias políticas, sin embargo, también desde la perspectiva de la Ciencia Política, dicho efecto (el ver cada elección como la más importante de la historia, sin posibilidad de retorno alguno) muestra debilidad de los regímenes democráticos. Si esto ocurre en la democracia “más avanzada” del mundo, ¿Qué podemos esperar aquellos que vivimos en democracias jóvenes y frágiles como la mexicana?
Hoy es un encuentro importante de la Champions League de la democracia y de aquellos que somos frikis de la política, o bien, de aquellos que amamos la democracia. Sin embargo, debe ser también, si no lo más importante, sí un suceso al que todos los ciudadanos comunes le debemos prestar atención, pues este tipo de enfrentamientos van marcando paulatinamente la historia de nuestro futuro y de nuestras oportunidades.
No es el destino quien nos marca el lugar en el que estaremos en 5 o 10 años, son nuestras acciones y decisiones; y las actuales generaciones tenemos, sin duda, un compromiso con las futuras generaciones, el compromiso de entregarles un mundo de libertades, de derechos, de tranquilidad y de civilidad, en fin… de democracia.
Ojalá no nos pase con la democracia como nos pasa cuando nos falla nuestro sistema inmunológico y nos enfermamos; ojalá no empecemos a valorar la democracia el día que carezcamos de ella.