Por Julio A. AGUIRRE
* Alianza contra las alianzas.
* Montoneros e inseguros.
* ¿Dónde quedaron sus principios?
Todo hombre alimenta un secreto sueño, que no es la bondad ni el amor, sino un desenfrenado deseo de placer y de egoísmo. Gabriele D´Annunzio.
Lo que está sucediendo con el Partido Verde Ecologista de México y el partido que le dio cabida, Revolucionario Institucional, debiese ser un tema a analizar por los llamados partidos grandes en el país y modificar las leyes electorales si en verdad lo único que les interesa es el bienestar de la ciudadanía.
En otras palabras, estamos proponiendo una alianza para terminar de tajo con las alianzas, que sólo sirven para prolongar la existencia de partidos «chupa sangre». Partiditos que nacieron para absorber el dinero del pueblo y puestos de los aliados que, temerosos de no ganar elecciones por méritos propios, son capaces de vender su alma al diablo.
Mientras el partido en el poder da rienda suelta contra coaliciones entre panistas y perredistas, callan y hasta defienden al inquilino incómodo, catalogado como un partido nacido para la trampa y el desprestigio de la política mexicana.
Mientras la unión entre azules y amarillos para los tricolores es querer unir el agua con el aceite; aseguran que entre el Verde Ecologista, entre otros, y los tricolores hay similitud en ideas y principios. ¡La manga del muerto!
Olvidaron de pronto los malamente llamados revolucionarios (como si fueran los únicos) que fue el mismo Partido Verde Ecologista quien terminó su alianza con el Partido Acción Nacional una vez que Vicente Fox llegó a la presidencia de la República, y tras solicitar el oro y el moro al botudo guanajuatense ya que, a decir de los verdes, gracias a ellos el PAN arrebató el poder al PRI.
Que hoy en día el Revolucionario Institucional dependa de los votos que le acarrea el Verde, a base de engaños, haría que los viejos y grandes militantes del tricolor se volvieran a morir al ver lo bajo que han caído quienes manejan ahora los destinos del partido.
DE TÚ A TÚ
Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. Julio Cortázar.
Ganar una contienda con ventaja ante el enemigo es digno de montoneros e inseguros. Va el comentario para el PRI al igual que el resto de partidos políticos.
¿Qué orgullo puede sentir el viejo partido al ganar una alcaldía, gubernatura, o la misma silla presidencial si fue con ayuda de otros?
Nunca hemos compartido la idea de las llamadas alianzas electorales. De acuerdo, sí, en las coaliciones legislativas para alcanzar consensos en pro de los ciudadanos.
Ciertamente, la credibilidad y fortaleza de los partidos «grandes» anda por los suelos pero puede más el interés en las urnas que sus principios, su carácter y su orgullo.
¡Les vale madre el pasado, para decirlo pronto!
¡Qué bonito sería ver en las boletas las siglas y colores partidistas de los contendientes limpias! Cada quien con lo suyo y a lo suyo. Saber quién gana sin sombra de dudas y votos acarreados y comprados a muy alto precio.
¡Tan orgulloso el Partido Revolucionario Institucional y tan sumiso a la vez!
¿Cómo es posible que ningún militante levante la voz, reclame y rechace la alianza del PRI con el Verde Ecologista?
¿Cómo mover la cabeza afirmativamente y agachar la mirada ante lo que dice una persona, o un grupo de individuos cuando los perjudicados son esos militantes fieles y aguantadores que se ven desplazados de cargos importantes por pagar los votos de un inquilino incómodo?
¿De los cientos de miles militantes tricolores no hay uno sólo que tenga los tamaños para levantar su voz y mostrar su desacuerdo?
Ha llegado el momento de que los partidos políticos «fuertes y poderosos» se reúnan (tipo Pacto por México) y firmen una alianza para acabar con las alianzas electorales. Háganlo, es por el bien de los mexicanos hartos de ver en los procesos electorales una capirotada maloliente y de horrible sabor político.
COMO VA…
Urgen cambios… el gabinete del gobernador en el Estado de México es una farmacia. Dentro de los hombres de confianza del ejecutivo estatal existen los buenos, los regulares y de plano los malos elementos siendo éstos quienes poco aportan para el bienestar ciudadano e intereses personales y políticos del mandatario.
Sólo él sabe por qué los puso y sólo él sabe por qué los mantiene. Próximo a iniciar el 2016 Ávila Villegas deberá tomar serias decisiones y realizar los cambios en diferentes áreas que han colocado a la entidad como las peores a nivel nacional.
Las cartas credenciales que presentará en su objetivo de buscar la candidatura a la presidencia de la república hoy en día no lo fortalecen y tampoco lo favorecen demasiado.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame, puedo seguir hasta el final… A mi manerA.
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