* Otro proyecto rechazado.
* Con el pueblo no se juega.
* Lo que queda del PAN.
Por Julio A. AGUIRRE
LL HOMBRE que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendrá que tenderse en la camilla y dejarse curar. Carl Gustav Jung.
Pero qué necedad de nuestros políticos, aferrados a amargarle la existencia a sus gobernados, poco importa que la sociedad esté agotando la ya poca credibilidad en ellos.
Bien portados, sencillos y humildes prometiendo que gobernarán de la mano con el pueblo, lo que el pueblo mande y una sarta de mentiras que ni ellos se creen.
Eso cuando andan de «pedinches» solicitando, engañando y comprando el sufragio que los lleve al poder (si es una alcaldía, bueno; si es gubernatura, mejor, y si es la presidencia ni se diga). Pero cuando se adueñan de la silla y del Palacio, ataques de amnesia es lo primero que padecen.
El político es un empleado del pueblo, se dice. Y Así es, más bien así debería de ser pero no. Falacia al igual que todo lo que prometen.
Fresca en la memoria del mexiquense el programa «Foto Multa» a los conductores que rebasaran los límites de velocidad en ciertas zonas. Negocio redondo. Cientos de miles de millones de ganancia para quien inventó e implementó el «chistecito».
Tan desesperados andaban o urgidos estaban que dicho programa ni a los muertos respetó. Fue este medio informativo quien denunció -documento en mano- la multa a la que se hizo acreedor una persona con más de cinco años de muerto. Fue el acabose. Lo más absurdo de lo absurdo.
Semanas después el gobernador mexiquense dio por cancelado un programa que benefició monetariamente a muchos, perjudicando a miles de ciudadanos ¡que ni coche tenían!
Viene a mente por lo que estamos viendo en las últimas horas. El proyecto de construcción de retorno en Paseo Tollocan que costaría la vida de más de 200 árboles.
Todo quedó en la primera llamada. No habrá segunda ni tercera ni se abrirá el telón para tan descabellada obra. La sociedad al conocer la noticia, se postró en el lugar donde realizarían la obra, hicieron su campamento y ahí están, mujeres, niños, jóvenes y hombres de la tercera edad abrazando a su árbol. No permitirán el ecocido. El mensaje es claro y debe ser suficiente. El gobierno de Toluca y el propio gobierno del Estado deberán echar marcha atrás. Con el pueblo no se juega.
OTRA COSA
A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé de qué huyo pero ignoro lo que busco. Michel Eyquem de la Montaigne.
El malestar causado a la sociedad fue tal que el gobernador mexiquense, Eruviel Ávila Villegas instruyó a la suspensión del proyecto y propuso la realización de una mesa de diálogo para escuchar la opinión de los sectores sociales sobre el mismo, en dónde se explicará a la población la importancia que tiene en aspectos de movilidad y preservación del medio ambiente para el Valle de Toluca.
«Es una obra necesaria, no la estamos cancelando, aclaro, pero sí como demócratas que somos aquí en el Estado de México, instruyo al secretario General de Gobierno para que se abra una mesa de explicación, de diálogo, para que se detalle el proyecto»; agregó Ávila Villegas.
Diría luego: «Primero la gente, y aquí escuchamos todas, pero todas las voces», manifestó.
Ya está. Primero la gente. La gente manda, y la gente se opone a dicho plan. La lógica indica que el proyecto debe ser cancelado. ¡Lástima que en política la lógica no se aplique!
COMO VA…
Ni volviéndolo a amasar… después del papelón hecho en el Estado de México donde con Josefina Vázquez Mota a la cabeza, el partido Acción Nacional se fue al cuarto lugar como fuerza política, el panismo rancio pretenden revivir lo que queda de dicho instituto en la entidad.
A la cabeza de dicho movimiento dos ex alcaldes de Toluca, Juan Carlos Núñez Armas y Juan Rodolfo Sánchez Gómez, personajes que hablan, gritan, se candidatean, bloquean y a las primeras de cambio se alinean porque se alinean. Menos protagonismo y más hechos. El presente del PAN en la entidad mexiquense parece no tener futuro.
Si la abuela de mi hermano subsistiera diría, A su manerA: Este pan francés (así le llamaba al conocido bolillo o telera) ni regresándolo al horno, mijo.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
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