*El “muerto” se mueve
*PRI, fuerte en el Edomex.
*Qué nadie se sorprenda.
Por Julio A. AGUIRRE
Tengamos fe que la razón es poderosa; y con esa fe, avancemos hasta el fin, haciendo la parte que nos toca, siguiendo siempre la verdad. Abraham Lincoln.
Faltando escasos cinco días para que los mexicanos acudamos a las urnas y tachar la boleta, esperanzados en que nuestra apuesta logre la Presidencia de la República (entre otros cargos de elección popular), las casas encuestadoras colocaban a José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México, peleando palmo a palmo el segundo lugar con Ricardo Anaya.
Encuestas por allá lo dejan sólo en el segundo peldaño; encuestas por acá lo colocan en el tercer sitio. La única coincidencia de quienes se dedican a preguntar al ciudadano por quién va a votar es que Andrés Manuel López Obrador sigue por encima de los dos oponentes.
Si nos dejáramos influir por lo que se dice, escuchamos o quieren hacernos creer tendríamos que reconocer que José Antonio Meade, al igual que Ricardo Anaya Cortés son dos “muertos políticos”.
Ayer yo lo vi -nadie me contó- “moverse a un muerto”. José Antonio Meade tuvo un primer cierre de campaña en el Estado de México y la fiesta fue al puro estilo Partido Revolucionario Institucional. Echaron la casa por la ventana y Toluca, la capital del Estado de México, se vio atiborrada e inundada por el color rojo.
Codo a codo Meade con el gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo Maza y una larga lista de militantes –algunos muy rancios pero aún pesados-, y sobre todos los que aún creen en el Partido en el poder quienes atascaron la Plaza de los Mártires.
Las porras a todo lo que daba. La confianza y hasta seguridad de que este domingo 1 de julio el Partido Revolucionario Institucional ganará con votos (y no con encuestas).La frase del candidato
La frase que más se nos grabó de Meade Kuribreña: “Que nadie se sorprenda el 1 de julio porque vamos a ganar”, expuso fuerte y claro.
Lo cierto es que se vio seguro y confiado que así sucederá. Obvio, José Antonio Meade llegó al Estado de México para practicarse una trasfusión de sangre, ganas, deseos y confianza y se fue renovado…ilusionado.
¿DEMASIADO TARDE?
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar. Pedro Calderón.
Lo bueno de la campaña de José Antonio Meade llegó demasiado tarde, se pensaría.
Ciertamente el evento sirvió para que los partidos políticos adversarios no se sientan tan seguros en tierra de los “Rojos”; El Partido Revolucionario Institucional sigue siendo una máquina en la entidad que podría reflejarse en los cargos a 125 municipios y ser mayoría en el Congreso estatal, lo cual es prioritario para los mexiquenses.
Lo dicho por José Antonio Meade, ante más de 40 mil simpatizantes (felicitamos al o los que contaron y diagnosticaron dicha cantidad, ¿pos cómo le hicieron?, fue una recopilación de lo que ha venido señalando desde el inicio de campaña. El PRI, según Meade, ganará el 1 de julio porque en su trayectoria existe la honradez, integridad y trabajo en equipo.
Meade ganará, agregó, porque encabezará un gobierno honesto, honorable, haciendo gala de los valores que aquí están hoy reunidos. El que no pueda ver a los ojos del ciudadano, el que no pueda ver a los ojos a sus hijos, no tiene nada qué hacer aquí, ni con nosotros”.
Meade ganará el 1 de julio porque quiere un México unido, un México con certidumbre, un México de empleos.
Otros (Andrés Manuel López Obrador) no ganará por la división, la ocurrencia, la falta de experiencia.
México merece un futuro con certidumbre, prosperidad, inclusión, empleo y eso es lo que está en la boleta.
Con sus simpatizantes, agregó, le está mostrando a México que tenemos con qué, que tenemos militancia, que tenemos activismo, que tenemos fuerza, que vamos con visión y que vamos a ganar el primero de julio juntos”.
Y colorín colorado, el evento había terminado.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
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