Por Julio A. AGUIRRE
*Ni gallina ni huevos de oro.
*Presidente sin partido.
*»Sabandijas» en Morena.
LA AVARICIA , o el deseo de lucro, es tan universal como la pasión, que actúa en todos los lugares y sobre todas las personas. David Hume.
Ningún Presidente de México ha podido quitarse los colores y siglas partidistas una vez conseguido el sueño máximo de un político: Ser el jefe del Ejecutivo Federal.
Nos gustaría y aplaudiríamos hasta que las palmas de las manos se pusieran rojas e hinchadas si Andrés Manuel López Obrador lo hiciese. Una vez que el pueblo decide con su voto quién debe guiar los destinos del país, éste, de inmediato debería renunciar a su militancia.
Ya no tiene partido, ya no se debe, aunque le deba, por qué defender y proteger a ningún (os) instituto (s). Su partido es el pueblo, todo el pueblo de México sin importar tamaños, colores, simpatías, compromisos y/o lealtades.
Sería un sueño. Mucho me temo que los mexicanos seguiremos sufriendo la misma pesadilla.
El caso de Andrés Manuel López Obrador parece difícil de lograr una vez que él es dueño de Morena, un partido chico que en poco tiempo creció y rebasó a los partidos grandes, fuertes y añejos.
En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) el Jefe del Ejecutivo hizo lo que quiso. Se impuso a todas las tribus de caníbales que querían aparecer en primera instancia y extender sus dominios.
Obrador los dejó y todos sabemos las consecuencias. El partido del Sol Azteca es un muerto viviente y el partido que él hizo se fortaleció al grado de ser el papá de los pollitos a lo largo y ancho del país, pero…
Ese maldito pero que nunca falta. Andrés Manuel dejó en manos de Yeidckol Polevensky, su incondicional, al partido Morena. Antes, recordarán, de ser ganador en la elección presidencial, Andrés Manuel formó su gabinete y ahí recompensó a los que casi siempre han estado con él.
Los Monreal, los Batres, los Porfirio, etcétera, etécetera.
Los gratificó a todos, los unió y ahora están totalmente divididos. Los grandes hombres se han ido en contra de la Presidenta de Morena. No la quieren. Ni Yeidckol a ellos, entonces están poniendo en medio al mismo patrón, al guía de todos los morenistas y mexicanos.
Eso le traerá problemas a López Obrador. Sus allegados al parecer no han entendido que para todos hay, sin embargo esa soberbia, envidia y sed por el poder la que tanto criticaron al Partido Revolucionario Institucional y al Partido Acción Nacional, los está carcomiendo y dividiendo.
El PRI y el PAN es lo mismo, llegó a denunciar el hoy Presidente de México y al parecer, como se están manejando las cosas, el PRI, El PAN y Morena son lo mismo…todos son lo mismo.
DIVISION
Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas. Bertrand Russel.
Yeidckol Polevnsky obviamente ha cambiado mucho desde que está al frente de Morena, y ha tenido mal tino en echarse en contra a pesos pesados que han hecho lo que el Presidente les ha pedido lo mismo en la Cámara de Diputados que en la de Senadores, los estados y municipios que ellos comandan.
Polevensky se ha soltado de la lengua asegurando sobre la infiltración de «sabandijas» en el partido Morena.
Ante tan desafortunada declaración militantes de su partido le han pedido al Presidente de México, que la mande de embajadora… ¡A Venezuela!
Si Andrés Manuel López Obrador no da un manotazo en el escritorio a tiempo, cambiando lo que tiene que cambiar su partido, Morena, que de la noche a la mañana se convirtió en la gallina de los huevos de oro, se quedará sin gallina…y sin huevos. Ahora resulta que a decir de la presidenta de Morena a sus filas se han introducido muchas sabandijas cuando hasta poco antes del proceso presidencial Morena le abrió las puertas a todos; y al decir todos es a buenos, malos, correctos, fieles, corruptos y traidores.
Entre más alto es el vuelo más dura es la caída. Morena y su dirigente deben calmarse. Nadie quiere más de lo mismo cuando TODOS los partidos políticos siempre buscan lo mismo; poder, mucho poder y con ello dinero, mucho dinero.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
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