Saúl Gómez Brito
El actual esquema de economía abierta fervorosamente aplicado, en la práctica no es más que abrirse a los grandes flujos del comercio internacional, sencillamente es permitir los libres movimientos de capital, estando en pie la suposición que esta medida, permite que el capital fluya a las economías emergentes.
Esto es lo que dice la teoría, pero la realidad es que nuestro Estado, pierde peso relativo en el comercio mundial; ciertamente, se sufre el deterioro en términos de intercambio, un intercambio desigual y pese a todo, se proclama e insiste que el libre comercio es el motor del crecimiento. Como se ha experimentado, los propósitos son estabilizar la economía para garantizar que el mercado opere correctamente, mejorando los recursos económicos como un medio para elevar la producción, los ingresos y, por supuesto, los niveles de vida de la población; pero eso, es lo que dice la teoría.
Como se observa, hay cambios importantes, en algunos aspectos la situación económica mejora, la economía estatal crece lenta e inestablemente y crece el comercio exterior, pero sobre todo, las condiciones de las mayorías de la población son insatisfactorias e inaceptables y, la forma como se extiende la pobreza extrema es inquietante. No es casual ver a jóvenes que salen de la universidad y aun a personas con preparación profesional y experiencia que en otros tiempos vivían de sus respectivas carreras, en muchos casos han tenido que abandonarlas y buscar trabajo en actividades diferentes, donde se reducen sus derechos laborables.
La realidad misma lo confirma, se ha dejado de enfocar la vida en toda su plenitud y complejidad, se han omitido y ocultado las contradicciones en el desarrollo de la sociedad, se siguen ocultando las fallas y descuidos y en esta vertiente, se continúan acumulando las dificultades y problemas sin resolver. Sin duda, se han alcanzado grandes logros, mismos que hoy forman una sólida base para llevar a cabo los planes actuales y los proyectos del futuro, esta situación compromete a no ocultar las contradicciones en el desarrollo de la sociedad, no ocultar más las fallas y descuidos que han permitido la acumulación de dificultades y problemas. Estos descuidos dan paso al estancamiento, todo esto deteriora a fondo el desarrollo económico, se debilitan los gobiernos municipales, teniendo graves consecuencias sobre la política y manifiestas en las relaciones sociales, obstaculizando el progreso, con la disminuida iniciativa laboral y social de la gente, pues se debilita la disciplina y el orden.
La desconfianza y la incredulidad van de la mano con los anquilosados planteamientos políticos y teóricos, que a menudo están divorciados de la realidad, todo esto influye negativamente en muchas esferas de la vida social y surge una singular sordera respecto a los problemas y, hoy vemos el resultado de esto.
En el contexto de estos problemas siempre más complicados y a la par con el desarrollo alcanzado, se debe ir hacia adelante, no perder el sentido de la perspectiva, puntualizar y precisar las orientaciones del progreso económico y social, evaluando con sentido crítico la actual situación, conduciendo al Estado de México hacia nuevas metas cualitativas de progreso.
Los juicios críticos y autocríticos, son la expresión de la justa insatisfacción ante el actual estado de la situación, es una expresión más de una sociedad que va cambiando, con otras sensibilidades y otras esperanzas, la gente percibe que los cambios marchan y, que políticamente es necesario renovarse.