POR Alfonso FAURE MEZA
Comprar un vehículo nuevo, es un importante paso para cualquier persona y además de que es un compromiso financiero. En México, un automóvil esta catalogado como el segundo bien más preciado después de la casa-habitación; y es por eso por lo que la decisión de qué marca y modelo comprar no se debe tomar a la ligera. Para tomar una buena decisión de compra, debemos de responder tres preguntas esenciales: ¿Cuál es mi necesidad de movilidad y cuánta gente (normalmente) viajará conmigo?, ¿Cuál es mi presupuesto para el enganche y para las mensualidades del crédito? Y finalmente, ¿Cuáles son mis gustos respecto a marcas, diseños y categorías?
Comencemos por las necesidades, y así evaluar cuales serían las opciones. La circulación con el carro será primordialmente en ciudad o carretera, el conductor sabe manejar con un tercer pedal, es decir, con transmisión manual; los viajes son normalmente solos, en pareja o con la familia completa; los fines de semana los pasamos en terracería y/o necesitamos el tamaño de una camioneta. También hay que considerar si es que se necesita mucho espacio interior, incluyendo la cajuela; ya que no es lo mismo un estudiante de ingeniería viajando normalmente con su mochila, laptop y algunos artículos pequeños, a un arquitecto que tendrá que llevar maquetas de buen tamaño a sus evaluaciones.
Por otra parte, está el presupuesto que, aunque pareciera una respuesta sencilla y obvia -para cuánto me alcanza-, en realidad es que también existen algunas variables de crédito y mantenimiento que hay que considerar. Por ejemplo, si un auto cuesta $350,000 y lo sacas a crédito (sin enganche) con una tasa anual de 9.95%, el pago mensual por 4 años sería de $8,796.97; en cambio sí quisieras otra versión más lujosa de otra marca con un precio de $400,000 pero una tasa de 5.95%, el pago mensual sería de $9,356.22. Una diferencia de solo $559.25 que podría ser costeable dentro de presupuesto mensual. Además, es importante conocer los precios de mantenimiento que serán pagados a lo largo de los años y considerar que un auto premium cobra mantenimientos premium; así que: “El que tiene para el Whiskey, también tiene para los hielos”.
Y en tercer lugar quedan los gustos de cada uno. Esto también es importante considerar, ya que al final del día, pasaremos bastante tiempo en nuestro automóvil: En promedio una persona puede pasar entre 20 y 30 días (completos) al año en su vehículo; entonces te tiene que gustar. Y aquí es donde los diferentes diseños de las marcas entran en juego para que alguno atrape tu atención, como siluetas estilizadas, faros y calaveras alargadas y futurísticas o te gusta más los diseños más redondos y conservadores. En el interior queremos muchos lugares para guardar objetos y que todo tenga botones o preferimos una cabina minimalista y sencilla. Respecto a la conducción también hay de gustos a gustos; unos prefieren el manejo más deportivo con una suspensión dura y estable y otros prefieren el confort y la suavidad.
Todo lo anterior, son variables que cada persona o familia le dará su propio peso para hacer la elección que más le convenga considerando sus necesidades, presupuesto y sus gustos; pero hay algo que no debemos olvidar y que no es negociable: La seguridad. Ante todo, lo primero que debemos buscar son los vehículos que tengan la mayor cantidad de asistencias posibles, sistemas de seguridad y mejores reseñas respecto a sus exámenes de colisión; por que en caso de alguna colisión nuestra vida podrá depender de estos sistemas.
Así que, sin más, yo los invito a evalúen todas las posibilidades para su próximo auto, que hagan sus comparativos, que revisen los créditos que cada marca ofrece y que se suban y lo manejen, ya que no hay nada como subirse como para enamorarse de un vehículo.